1) Introducción: Endnotes
y la teoría de la comunización
Endnotes es una serie de
revistas/libros publicados por un grupo de discusión con sede en Alemania,
Reino Unido y Estados Unidos. El grupo original se formó en Brighton en 2005,
después de un intercambio crítico entre las revistas Aufheben y Théorie
Communiste. Estamos hablando de un grupo que forma parte del ámbito de la “teoría
de la comunización”: una corriente surgida de la ultraizquierda post-68 y
cuyas reflexiones son, entonces, fruto de la derrota proletaria de esa época.
Esta corriente cuestiona, por ejemplo, que el proletariado sea portador de un proyecto
revolucionario “en-tanto-que-proletariado”, es decir, como afirmación de
sí mismo (postura que definen como “crítica al programatismo”).
Rechazan también, en consecuencia, la idea de autogestión de los medios de
producción (defendida por anarcosindicalistas y comunistas de izquierda) bajo
la idea que, en buena parte, las relaciones de producción estarían inscritas (“subsumidas”)
en las mismas fuerzas productivas: es decir, que la misma condición proletaria
y las tecnologías productivas (aunque matizan esto último) no serían algo que
afirmar ante un sistema capitalista, que estaría frenando su desarrollo, sino
que son algo que no existe, propiamente, al margen de él ¿Es la suya una
postura nihilista a la cual han llegado desde la ultraizquierda? No creo, más
bien defienden que el sistema capitalista constituye la paradoja de que vuelve
al proletariado cada vez más interdependiente, en el mercado, pero atomizado en
cuanto a sus posibilidades para la acción colectiva: es lo que llaman “unidad-en-la-separación”.
Y, en consecuencia, afirman:
“Si existe algún potencial revolucionario en la actualidad, parece que se
actualiza no en la lucha de una fracción de clase en particular, sino más bien
en aquellos momentos en que diversas fracciones se unen en la lucha a pesar de
sus sospechas mutuas”.
Ahora bien, la cita de Endnotes, a pesar de las críticas, no deja de
ser sugerente: ¿Cómo pasar de la unidad-en-la-separación a la
unidad-en-la-unidad? Es decir ¿Cómo pasar de lo que el capitalismo une en el mercado,
pero separa en lo político a esa doble unidad que acabaría significando,
también, un control de los trabajadores del proceso de producción y
reproducción social?
2) Entorno a la idea anarquista de “Comunidades de Lucha”, Rosa
Luxemburgo y la F.A.U.
El profesor Arkadio (del podcast “La linterna de Diógenes”) i el
grupo Eclosión manejan este concepto con el cual se refieren a una agrupación
de personas que se organizan alrededor de unas necesidades materiales y en
torno a un conflicto con el Capital y sus instituciones. Según su enfoque, las
mismas estructuras que se generan en el conflicto (autoorganización de la
praxis, autogestión de recursos, autodefensa…) permanecen más allá del fin del
conflicto puntual y, de alguna manera, anticipan la sociedad futura que
queremos. En mi localidad, por ejemplo, a principios de los 2000, hubo fuertes
movilizaciones en contra de la construcción de una carretera y de una central
térmica. Como resultado de ello, existe una asociación (formada por algunas de
las personas más activas en esas dos luchas) que se dedica a hacer actividades
para proteger el medioambiente y el patrimonio cultural y arquitectónico del
municipio.
Por el contrario, la práctica llamada “oportunista” consiste en ver
esas reformas como una finalidad en si misma y se caracteriza, según
Luxemburgo, por una cierta hostilidad hacia la teoría: básicamente, porque el
horizonte que señala esta es un impedimento para ciertas prácticas. Ahora estoy
pensando, por ejemplo, en el intento de ciertas formaciones políticas de
instrumentalizar los movimientos sociales a su favor ¿Cómo evitar que esto
pase? Es evidente, que todos los partidos de izquierda del arco parlamentario
tienen este carácter oportunista, pues no son portadores de ningún nuevo
horizonte civilizatorio alternativo al capitalismo: simplemente, defienden
versiones más o menos avanzadas de la socialdemocracia (proyecto que funcionó,
más o menos, en épocas de bonanza económica pero que en épocas de crisis derivó
en chovinismo y socialfascismo).
La forma de evitarlo es con la difusión de un discurso propio elaborado,
que deje fuera de juego a los oportunistas, poniéndolos a la cola del
movimiento. Ese es el papel de la teoría revolucionaria. Claro que esa teoría
debe hacerse carne a través de la acción de las minorías activas que deben desarrollarla
y reelaborarla, continuamente, a medida que avancen los acontecimientos sociopolíticos.
Debe ser un proceso dialéctico contante entre teoría y práctica pues, como nos
recordaban Marx y Engels en “La ideología alemana”, la primera sin la
segunda conduce al sectarismo, pero la segunda sin la primera conduce al
oportunismo. Es decir, o bien a un proceso de grupusculización sin incidencia
social o a sumarse “a lo que hay” sin mayor horizonte estratégico
revolucionario.
“No se puede movilizar a fondo a un gremio por cuestiones que sólo
interesan a una minoría de militantes. En esto no valen las
"ocurrencias" subjetivistas. Sólo reivindicaciones muy sentidas
pueden mover realmente a un gremio. Pero frecuentemente es la acción, del
sector más activo la que pone en claro y define ante el conjunto del gremio
esas reivindicaciones, aclarando su contenido”.
3) Un ejemplo concreto de reivindicación sentida: El agua es un bien común
A mediados del siglo XIX, en una España profundamente rural, conforme
fueron creciendo los núcleos urbanos y deteriorándose la calidad del agua
natural, la gente dejará poco a poco de aprovisionarse en fuentes públicas,
aljibes y pozos. El agua de las redes de abastecimiento entrará en las casas,
abriendo el grifo, lo que dará pie a la pérdida de autonomía en el suministro,
para depender de los Ayuntamientos o de pequeñas empresas locales. Entonces, a
medida que los municipios crecían, las obras eran más grandes y las deudas
municipales más gordas, con lo cual los alcaldes para salir de la bancarrota
concedieron permiso a empresas locales para vender agua a la vecindad. Este
proceso no ocurrió sin resistencia popular pues la gente, en general, se negaba
a pagar por el agua: un don de la naturaleza hasta entonces gratuito.
Este último apunte, pero, no influye en que las cuestiones que relacionan
el agua, la Sharia y la cultura islámica no estén en el acervo cultural
de la población y que, por lo tanto, si entran en contradicción con la gestión
institucional y empresarial de este recurso no puedan resultar en acicate para
la movilización social. Existen numerosísimos ejemplos de la relación entre exaltación
del agua e islam como, por poner solo un ejemplo, el poema de Ibn Zamrak
(1333-1394) que decora la fuente de la Alhambra: “Mi agua es perlas fundidas”.
4) Unidad-en-la-separación: unas conclusiones en defensa de la organización
En Argentina, entre 1899 y 1900, se agravó la discusión interna, dentro del
anarquismo, entre “organizadores” y “antiorganizadores”. Los primeros difundían
sus posiciones a través de los periódicos “La Protesta Humana” y “L’Avennire”
defendiendo la participación en los sindicatos obreros. Los segundos, a
través de cabeceras anarco-individualistas como “Germinal” y
anarco-comunistas como “El Rebelde”, donde exponían que los
organizadores venían a imponer una táctica nueva, dictada por los “jefes del
anarquismo europeo”, en detrimento de la propaganda y la iniciativa, generando inmovilismo
y división en el anarquismo argentino. Pero ¿Por qué esta polémica ideológica
intraanarquista fue tan fuerte en Argentina? A finales del siglo XIX, los
gobiernos argentinos llevaban a cabo una política de protección de la industria
local que era eficaz en el azúcar y el vino, pero menos enérgica en otros
sectores.
Pero ¿Acaso esa situación de la República Argentina, de finales del siglo
XIX, no se parece cada vez más a la de la España del siglo XXI? A partir de la
Reforma Laboral de 1997, suscrita por la Patronal y los dos sindicatos “mayoritarios”,
se inicia una fuerte segmentación del mercado de trabajo, unida a la
desindustrialización que se inicia en los 70 y 80 del siglo pasado. Y si a
nivel social esto tiene el efecto de la fragmentación del colectivo de
trabajadores y el abandono de la conciencia de clase ¿No será que, a nivel de
la discusión ideológica dentro del anarquismo, veremos rebrotar, con más
virulencia si cabe, la polémica entre organizadores y antiorganizadores? ¿No
deberíamos tener en cuenta, también, que al igual que en la República Argentina
de entonces, estamos viendo la emergencia de un proletariado cada vez más
cosmopolita?
Alma apátrida
Ibn Zamrak – Mi agua son perlas fundidas
https://www.youtube.com/watch?v=Lfou5KcgOcw&list=RDLfou5KcgOcw&start_radio=1
Simon Radowitsky
https://www.youtube.com/watch?v=gaC4AU6wfUg
Polèmica a Martorell per la prohibició d'omplir garrafes d'aigua de les
fonts públiques
Bibliografía
ENDNOTES 4 Unidad en la separación Ediciones Extáticas. Madrid,
junio de 2024. Páginas 6 y 7.
ECLOSIÓN Comunidades de lucha y autoorganización desde una perspectiva
anarquista: reflexiones con el profesor Arkadio (LLDD). Página 6.
MARTORELL VIU Qui som? https://martorellviu.wordpress.com/about/
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