1) Presentación del Ateneo Libertario Fermín Salvochea de Cádiz
El pasado jueves, 7 de agosto de 2025, a las 19: 00 horas, se realizó en el
Ateneo Libertario de Gracia (Alzina, 5) una charla sobre Fermín Salvochea y el movimiento
libertario en Cádiz, a cargo de compañer@s del Ateneo Libertario Fermín Salvochea
(Sagasta, 91) de la ciudad. Se presentaron comentando que se constituyeron como
un grupo de gente, en 2011, a quienes una peña de carnaval les ofreció su local
y quisieron montar una Biblioteca Social. Las dos entidades son, entonces,
autogestionadas y aunque el espacio no es muy grande hacen obras de teatro,
presentaciones de libros, charlas sobre variados temas, como el feminismo, y mercadillos
solidarios.
También quieren recuperar el club de lectura, tienen un Podcast “El adoquín
de Salvochea” (ya que la peña de carnaval se llama “los adoquines”). Comentaron
que aprovechan la época de carnaval para dedicarlo a la autogestión, así como
participan, activamente, en las chirigotas de protesta. Afirmaron dar mucha
importancia a la creación de la Biblioteca Social para incentivar la lectura
entre la gente. Abren los jueves, hacen la asamblea y vida común en el espacio.
El lugar donde está ubicado, la calle Sagasta, es la más larga de Cádiz y están
al inicio. Afirmaron que es una zona céntrica y tiene su vidilla. El carnaval “ilegal”
(que no es el oficial de las “fallas”) tiene su puntito más crítico,
puntualizaron.
2) Vida y lucha de Fermín Salvochea (1842-1907): del republicanismo federal
al anarquismo
L@s compañer@s afirmaron que Fermín Salvochea es muy importante en Cádiz.
Hay colegios y asociaciones con su nombre. Su familia era originaria de Navarra
y de posición acomodada, un familiar suyo fue cónsul de Roma en Cádiz. Eran una
familia burguesa mercantil de la ciudad. De pequeño fue al Colegio de San
Felipe Neri de los más avanzados de la Nación, dijeron. Posteriormente, fue
enviado a Inglaterra a la ciudad de Liverpool. Él empieza a moverse, en ese
ambiente, y a asistir a tertulias donde se exponían las ideas de socialistas utópicos
como Owen. Se empieza a dar cuenta de la explotación de los obreros y va a
alguna manifestación. Le impacta un libro llamado “El judío errante” (es una
novela de Eugène Sue). Cuando vuelve se despreocupa del negocio familiar y
empieza a dejarse llevar por el torbellino intelectual del “fourierismo” (otro
socialista utópico) que estaba arrasando en Cádiz por aquel momento.
En aquella época, el activista liberal Moreno Guerra, que era cordobés,
empieza a hablar del Cantón y empezó a hablar de “darle una patada al puente”
(refiriéndose al de Carranza que une la ciudad con Puerto Real ya que la
primera está en un tómbolo rodeado del mar) y convertir a Cádiz en una
República Hanseática (como una Ciudad-Estado comercial). Una expresión
atribuida a Salvochea era “Mi patria el mundo, mi religión hacer el bien, mi familia
la humanidad”. L@s compañer@s lamentaron que ahora Fermín Salvochea se haya
convertido en algo folclórico. Afirmaron que no fue un gran teórico, pero
escribió pequeños ensayos y poemas, así como tradujo a Piotr Kropotkin.
Tuvo mucha influencia en el campesinado. El pueblo del Campillo cambió su
nombre, en 1932, a Fermín Salvochea (creo recordar que dijeron que duró unos
meses). Recordaron que, en Marruecos, también hubo una calle dedicada a su
nombre. Los miembros del Ateneo Libertario gaditano afirmaron que su reputación
la consiguió Fermín “como Durruti” pues era un hombre de acción. La burguesía
progresista gaditana enseguida apoyó la República Federal. En septiembre de
1868, cuando empieza la Revolución “La Gloriosa” y el Sexenio Democrático, se
crea en Cádiz el cuerpo armado de “Los Voluntarios de la Libertad” que
protagonizan enfrentamientos armados con los monárquicos.
Posteriormente, Amadeo de Saboya (el Rei breve) lo amnistiará. Se cantaba
en aquella época “Los zapatos tengo rotos de subir a la azotea para ver pasar
al valiente Salvochea”. Cuando se proclamó la Iª República lo eligieron
alcalde. Cuando la Insurrección Cantonal, que vendrá posteriormente, la mayoría
de cantones se dan en la Baja Andalucía. Fermín Salvochea es proclamado presidente
del Cantón de Cádiz. Desde su cargo toma medidas anticlericales como la
desamortización de lugares como la Plaza Candelaria. Se aprueba que los niños
tengan libros gratis, una subida de sueldo a los maestros (se decía en aquella
época “tienes más hambre que un maestro”) y los exámenes consistían en explicar
“el amor por la naturaleza” (en lugar de soflamas religiosas).
Cuentan que, a pesar de las ideas anticlericales de Fermín, su madre era
profundamente creyente y él la acompañaba a la puerta de la iglesia y se
quedaba fuera. Quiso, también, vender la Custodia de Cádiz (un valioso altar
procesional) para comprar fusiles Remington. Apareció, por entonces, la jornada
de 8 horas para los empleados municipales, que estaba dentro de su competencia,
aunque los otros sectores obreros se pusieron en huelga para reclamar el mismo
derecho. Los miembros del Ateneo Libertario gaditano recordaron que, como
consecuencia de hechos como aquellos, aun a día de hoy hay cierto substrato “independentista”
en la ciudad con frases como “España empieza en el Puente Carranza”. También
recordaron que en Cádiz no se celebra la Feria, como herencia de aquel
substrato anticlerical, lo que no significa que no haya un montón de “fachas”,
dijeron con ironía.
A Fermín Salvochea le propusieron el indulto y él se negó a aceptarlo.
Acabó fugándose con una barquita hasta Alhucemas. Al final acabó llegando hasta
Tánger para pasar a Francia y, posteriormente, a la ciudad de Londres. Paul
Lafargue advierte, por aquel entonces, a Karl Marx que para allá va “un
anarquista” porque en esta época de presidio es cuando transita,
definitivamente, del republicanismo federal al anarquismo. Funda, entonces, el
periódico “El Socialismo” que empieza a difundir, en España, las teorías
anarco-comunistas. Los ejemplares son difíciles de consultar, están en el
Archivo Social de Ámsterdam, porque las hojas iban a color y no se ven bien. El
Partido Republicano le vuelve a ofrecer ser candidato y dice, entonces, otra
famosa máxima suya que refleja su reciente transito ideológico “Nada puede
esperarse de la política”.
En el año 1891, antes del 1º de mayo, lo detienen acusado de un delito de
imprenta y de “colocar unos petardos”. Se celebra, de todas formas, la jornada
de lucha, pero con menos afluencia de la esperada al no contar con su
presencia. Acusado de instigador del “Motín de Jerez” (protesta insurreccional
con graves disturbios) se lo llevan a esta ciudad, para juzgarlo, y lo condenan
a veinte y pico años de cárcel. Fermín Salvochea se pasó más de la mitad de su
vida en varios presidios. Incluso, en uno de ellos, intentó suicidarse (debido
a las condiciones deplorables de su encierro): los carceleros lo encontraron en
un charco de sangre que se coaguló, por el frío, y no se desangró.
Se decía de él “Entre todos los hombres que han batallado por una idea, se
lleva la palma Salvochea”. Fermín dio su cuerpo a la Facultad de Medicina, pero
no se cumplió su deseo testamentario. Actualmente, el Ayuntamiento gaditano,
del Partido Popular (PP), quiere quitar el cementerio, donde está enterrado,
para hacer casas y los gaditanos andan muy preocupados porque no saben que va a
pasar con la tumba de Salvochea. También lo han declarado “diputado honorifico”
(creo recordar que por iniciativa del PSOE: un partido que fue el primero en
recuperar su figura, puntualizaron, pero, lógicamente, arrimando el ascua a su
sardina) cuando él no quería nada de la política: el Ateneo Libertario ha
pedido que le quiten este titulo porque es una afrenta a sus ideas anarquistas.
También denunciaron, indignados, la frase del alcalde popular “Si Pemán
enseñó el abecedario, Salvochea nos enseñó a ser solidario” (José María Pemán fue
un intelectual orgánico de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y precursor
del pensamiento fascista español).
3) Fermín Salvochea hoy
L@s compañer@s afirmaron que, a día de hoy, hay diferentes visiones de
Salvochea. Casi nunca dicen que era anarquista, como mucho hacen referencia a
su época de republicano. Una asociación del barrio obrero de Loreto le hizo un
homenaje. También hay un colegio que lleva su nombre, pero la directora dijo
que l@s alumn@s no irían más a charlas sobre su vida porque eran “políticas” (a
tod@s nos pareció lamentable que la máxima autoridad de un centro impida a l@s
alumn@s conocer el ideario de la figura que le da nombre). Recordaron, también,
que su anarquismo era des del punto de vista de la “acción individual”. Frases
suyas, por ejemplo, fueron: “que cada uno cumpla con su deber” y que las
acciones se volverían colectivas sin necesidad de organización (quiero recordar
que esto no tiene porque ser contradictorio con su anarco-comunismo pues
incluso, también en distantes lugares como Argentina, hubo militantes que adherían
a esta teoría filosófica pero luego eran individualistas y
anti-organizacionales des del punto de vista de la praxis).
4) Reflexiones personales
A mi me interesa bastante la figura histórica de estos militantes que, en algún
momento de su vida, estuvieron a caballo entre el republicanismo federal y el
anarquismo. Hay otros casos como el tipógrafo Rafael Farga Pellicer (defensor
de las ideas anarco-colectivistas en Cataluña) o el abogado Eduardo Barriobero (quien
era republicano federal y colaboró con los anarcosindicalistas para implantar
la “oficina jurídica” en Barcelona también conocida como “tribunal
revolucionario”). El republicanismo federal fue, en su momento, el ala radical
de los demócratas progresistas españoles, con una fuerte tradición conspirativa
e insurreccional, que hunde sus raíces en las revoluciones liberales de 1812 y
1820 que ya comentaron l@s compañer@s.
Durante la Insurrección Cantonal se vivió esa interacción, e influencia
mutua, de las ideas democráticas radicales del republicanismo federal y las de
revolución social del anarquismo. Pero aquí la cuestión es quien tuvo la hegemonía
en este diálogo de ideas. Me parece positivo que el anarquismo recoja el legado
ideológico revolucionario y democrático de la burguesía de 1812 y 1820 pero
siempre que lo subordine a sus objetivos de revolución social y no que la
pequeña burguesía incorpore los ideales de revolución social del proletariado
anarquista para dirigirlo hacia derroteros que no son los suyos incorporando,
sublimadamente, parte de su discurso. Así cuando el grupo “Los Solidarios” decían
que aspiraban a una “dictadura democrática del proletariado” querían decir (o al
menos es como yo lo interpreto) que no querían eliminar, políticamente, a la
pequeña burguesía (en el corto plazo) sino subordinarla a los intereses del
proletariado.
Alma apátrida
Web del Ateneo Libertario Fermin Salvochea de Cádiz
https://ferminsalvocheaateneo.wordpress.com/
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