El Partido Comunista Chino del siglo XXI: un esbozo de crítica y análisis ideológico des del anarquismo

1) Introducción: el Partido-Estado llega a los 100 millones de miembros

El pasado lunes, 30 de junio de 2025, el gobernante PCCH publicó un informe, anunciando que había sobrepasado esta cifra, coincidiendo con el 104º aniversario de la fundación del partido. Su actual secretario general y presidente de la República Popular Xi Jinping presidió, a continuación, una reunión del Buró Político donde se insistió, entre otras cosas, en la necesidad de evitar el “formalismo y la burocratización” en esta, a nuestros ojos, enorme organización política. Su cargo fue ratificado, para cinco años más, en el XXº Congreso del PCCH donde se insistió, además, en incrementar “el perfil internacional de China apoyándose en sus crecientes capacidades, económicas, diplomáticas y militares”.

2) Marx y Confucio: explorando la ideología actual del PCCH

Pero ¿Cuáles son las líneas políticas e ideológicas del presidente Xi Jinping? Para el sinólogo gallego Xulio Ríos en “La metamorfosi del comunisme a la Xina” (2022) el “xiismo” es una de las tres fundamentales etapas ideológicas (“pensamientos”) en la historia del PCCH (junto a los predecesores “maoísmo” y “denguismo”). Para Xulio Ríos a grosso modo se fundamenta en que:

“El PCX se situa a l’avantguarda de certa recuperació del confucianisme i el pensament tradicional xinès, tot i que afegeix a aquesta retòrica un reforçament paral·lel i més intens de l’aposta pel marxisme i el seu estudi i divulgació.”.

Dentro de este peculiar “tradicionalismo marxista” (la recuperación ideológica del sabio Confucio viene del último período del “denguismo”: la presidencia de Hu Jintao) se añade la reivindicación “de facto” de la escuela filosófica de los “legistas” (de la época de los “Reinos Combatientes”: siglos V-III a.C.). Así, en el discurso ideológico de Xi Jinping, la “rectitud y la moral” confuciana se añaden al “materialismo histórico” de Marx y al “imperio de la norma” legista, en el totum revolutum de un “tradicionalismo marxista legalista” cuyo objetivo seria, a la vez, combatir la corrupción o al menos que lo parezca, evitar que la nueva clase social de burgueses se convierta en clase política al margen del PCCH y crear un espacio jurídico de confianza para inversores, pero, sobre todo, evitar que otros idearios, diferente al suyo, desafíen su control del entramado institucional, consolidando la idea del Partido-Estado.

Esto podría ir en detrimento del ya limitado “pluralismo chino” (que se presenta como alternativo al occidental). Recordar que, legalmente, en la República Popular existen otros partidos que, aun así, no cuestionan, ni les está permitido, la dirección política del PCCH (Comité Revolucionario del Partido Nacionalista – Kuomintang de China, Liga Democrática de China, Asociación para la Construcción Democrática de China, Asociación para la Promoción de la Democracia de China, el Partido Democrático Campesino y Obrero de China, el Zhigongdang de China, la Sociedad Jiusan [3 de setiembre] y la Liga para la Democracia y Autonomia de Taiwan). Estos partidos tienen un origen en la Guerra Civil y contra la ocupación japonesa.

Históricamente, los líderes políticos “liberales” y “aperturistas” del régimen han defendido mayor rol político de unas formaciones a las que, hasta el momento, se permite tener cargos institucionales, excepto en el Ejército Popular de Liberación (EPL) pues una peculiaridad institucional china es que las Fuerzas Armadas siguen siendo, a día de hoy, el brazo militar del PCCH y dependen directamente de él a través de su Comité Militar (característica institucional que diferencia la República Popular de la extinta Unión Soviética y que se explica en los orígenes del PCCH como Partido-Guerrilla). Hay que decir también que la reivindicación legista del “xiismo” es la culminación de una ruptura con el antilegalismo maoísta pues Mao Tse-Tung consideraba que, los formalismos jurídicos, eran más bien un freno a una lucha de clases que debía continuar en el mismo seno de la “sociedad socialista” e incluso dentro del propio PCCH.

3) Las Cien Flores marchitas y la Revolución Cultural olvidada

Esta concepción “ultraizquierdista” (que quizás le asemejara, ideológicamente, a algunos juristas soviéticos como Eugeny B. Pashukanis) también tuvo algunas consecuencias inesperadas para la rigidez institucional de la República Popular: En otoño de 1955 se inicia la campaña “de las cien flores” (“Permitan que cien flores florezcan, permitan que cien escuelas de pensamiento contiendan”), por iniciativa de Mao Tse-Tung, donde se pide a los partidos “no comunistas” que incentiven la participación de los intelectuales discrepantes, no del “sistema socialista”, en sí, sino del PCCH. Aunque, más tarde, Luo Longqui (ministro y miembro de la Liga Democrática de China) denunciara los frenos burocráticos por parte de los funcionarios del PCCH.

También durante la llamada Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976) hubo tensiones políticas entre el Partido Democrático Campesino y Obrero de China y un PCCH que se desgajaba entre la burocracia funcionarial y el Grupo de la Revolución Cultural dirigido desde Beijing por Mao Tse-Tung. Durante este proceso político de masas, en enero de 1967, ocurrió la llamada “Revolución de Enero” que daría lugar a la “Comuna de Shangai” donde los “Cuarteles de Trabajadores” (formados por trabajadores precarios y sectores marginales maoístas enfrentados a los “Guardias Escarlatas” de trabajadores acomodados promovidos por el PCCH local) se hicieron con el control de la ciudad. Posteriormente, esta misma Comuna será institucionalizada por Zang Chunqiao (dirigida desde Beijing por Mao y con el apoyo de soldados del EPL) acabando con las reivindicaciones de los trabajadores (definidas peyorativamente como “economicistas”) para ser substituida, posteriormente, por un “Comité Revolucionario” aún más dependiente de las autoridades de Beijing.

Mientras tanto había quien en Europa Occidental veía “Las Cien Flores” o la “Revolución Cultural” como expresiones “libertarias” de masas enfrentadas a una burocracia que quería “restaurar el capitalismo”. Hay, incluso, quien ha insistido en un Mao Tse-Tung influenciado por el anarquismo (argumentando que, de joven, habría tenido contacto con el “Movimiento para el Estudio y Trabajo Diligente” organizado por intelectuales libertarios chinos) o por el marxismo más genuinamente revolucionario de la “Comuna de Paris” de 1871, pero hay también quien ha denunciado fervientemente el oportunismo de Mao impulsando movimientos de masas, en sus luchas de poder, contra la burocracia del partido: era costumbre política que aquellos que eran definidos como “revolucionarios maoístas” luego lo fueran como “contrarrevolucionarios derechistas” cuando el movimiento escapaba al control de líderes como Mao Tse-Tung o Zang Chunqiao (de hecho, se llegó a proclamar una nueva “Comuna de Shangai” paralela que no seguía las órdenes del segundo). Independientemente de esto, hoy en día existe cierto “maoísmo popular” que se expresa como protesta al PCCH si bien es más cultural que, propiamente, político.

4) Los antecedentes anarquistas de la Comuna de Shangai

La “Comuna de Shangai” de 1967 tiene un antecedente en 1925. En aquellos momentos había una fuerte rivalidad entre el movimiento juvenil comunista y anarquista. Los jóvenes anarquistas crearon el Chun-She (Sociedad Igualitaria) pues la influencia del anarco-comunismo de Piotr Kropotkin era grande entre ellos. Esta organización empezó a publicar el Ping Ming Chih Sheng (La voz del pueblo). Coincidiendo con la toma del poder, por el partido nacionalista Kuomintang, se creó en Shangai el “Comité Unido de Trabajadores, Estudiantes y Comerciantes” que llamó a la Huelga General en la ciudad (bajo dominación extranjera). En otras ocasiones, las huelgas habían sido apoyadas por capitalistas y financieros chinos opuestos, igualmente, a la dominación de los países occidentales. Los trabajadores, ahora, se sublevaban también contra ellos. En el momento cumbre de la lucha el movimiento anarquista, al parecer mayoritario, proclamó la Comuna y quiso proclamarla Ciudad Libre, independiente del dominio extranjero y del Gobierno nacionalista del Kuomintang, que acabaron por aplastarla.

5) El regreso de Confucio: proyección nacional

La idea de “armonía” (he) es central en la filosofía confuciana e introducida por Hu Jintao en el discurso del PCCH. Pues la industrialización y urbanización acelerada están generando el caldo de cultivo para conflictos sociales explosivos y el Partido-Estado los teme:

Por poner solo algunos ejemplos, en el año 1997, el mismo en que China recuperó Hong Kong del dominio británico, concretamente entre mayo y agosto: 200.000 campesinos se concentraron en la provincia de Henan para presentar peticiones, hubo incendios de vehículos y ataques a instituciones oficiales con el resultado de 3 muertos y 54 heridos; en Hubei unos 120.000 campesinos realizaron al menos 70 manifestaciones para oponerse a la explotación del campesinado y a la expropiación oficial, ataques a los edificios del Partido-Estado con un saldo de 90 heridos; en Anbui unos 70.000 campesinos de 40 municipios distintos atacaron edificios oficiales, se apropiaron de armas y munición con el resultado de 40 heridos y once muertos, 5 de ellos policías etc. (Fuente: Bernstein y Lü – 2002: tabla 5.1.).

Y si bien, en teoría, la filosofía confuciana obligaría a pueblo y partido por igual mediante una exigencia de la ética personal y de gobierno se trata, de hecho, de una nueva estrategia de control social nutrida de elementos identitarios de la nación china. Pues si bien el lema de Hu Jintao, sacado de Confucio y su discípulo Mencio, era “poner al pueblo primero” (yiren weibian) la herencia de las reformas económicas, al menos hasta 2002 un año antes de su subida al poder, era: procesos de privatización con corrupción generalizada, reducción del peso del Estado en el PIB, desempleo y peores condiciones laborales, pobreza y retroceso en los derechos de las mujeres (peores salarios que los hombres incluso en la industria textil donde se les considera más “eficientes”).

Ahora, el objetivo declarado por Xi Jinping, y a nivel propagandístico por el PCCH, es “erradicar la pobreza” en el camino de una sociedad “modestamente acomodada” (xiakang): Pero este objetivo se ve dificultado por el hecho de que la pobreza se encuentra concentrada en determinadas zonas (debido al desarrollo desigual que produce el capitalismo) y que incluso des del Estado, el Partido y, muchas veces, el mismo pueblo chino se ve a esta como un problema individual más que estructural y contextual. Incluso existe la opinión generalizada de que alguien que “es capaz de trabajar” no debería recibir ayudas, siendo este mismo concepto de “capacidad” una construcción social, dependiente del sistema “socialista” chino, y de las matrices de opinión que pregona. Ya se ha dicho antes para lo que ha quedado el “marxismo” en el seno del PCCH: como dispositivo ideológico para impedir, exclusivamente, que la nueva clase social burguesa se constituya en clase política al margen del PCCH.

6) Conclusiones

Ya en el año 2007, la Corriente Marxista Internacional afirmaba que las contradicciones sociales provocadas por el capitalismo provocarían, a su vez, divisiones en el seno del PCCH. Afirmaban que un sector de la burocracia intentaría introducir medidas sociales para evitar una revolución de las masas proletarias (de hecho, el Viaje al Centro de Xi Jinping en el XIX Congreso indica un punto intermedio entre la izquierda maoísta y la derecha denguista). Esto va acompañado, ideológicamente, de un marxismo-confuciano-legista que representa, a mi entender, una suerte de socialdemocracia o rojipardismo con características chinas (si es que puede hablarse en estos términos importados de Occidente). Si las privatizaciones y la crisis de acumulación capitalista se profundizan se abrirían posibilidades para un movimiento de masas revolucionario ¿Ahora bien, que características ideológicas tendría? Responder a esta pregunta es importante pues sin la acción de una ideología revolucionaria las protestas sociales nunca pasan de ahí. La CMI afirma al respecto:

“Existe interés entre algunas capas por descubrir las ideas del auténtico marxismo”.

Puede que, a nivel intelectual si, pero a nivel popular lo que hay es un maoísmo que se expresa bajo formas culturales. La intelectualidad progresista me temo que no va más allá de la defensa de un “marxismo humanista” que parte de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 para usar el concepto de alienación, pero sin llegar a ser anticapitalista. En cuanto al anarquismo y corrientes del marxismo revolucionario, el 4 de marzo de 2023 salió un artículo en Izquierdaweb titulado La nueva izquierda en China: el resurgimiento de tradiciones perdidas que hablaba de un grupo comunista anti-estado (quizás consejista-anarquista) llamado Chuang y de grupos trotskistas y maoístas digamos “auténticos” que reivindican la “Revolución Cultural” para oponerse a la alianza de capitalistas y “burocracia roja”. Todos, lógicamente, actuando en condiciones muy difíciles.

Yo, personalmente, no tengo mayor información. Cualquier aportación de compañer@s, en este sentido, será bienvenida por mi parte.

                        Alma apátrida

 

Bibliografía:

EFE Partido Comunista chino rebasa los 100 millones de miembros en plena pelea anticorrupción https://www.swissinfo.ch/ 30 junio 2025.

ESTEBAN, MARIO La política exterior de Xi Jinping tras el 20º Congreso: ¿podrá mantener Xi su hoja de ruta? https://www.realinstitutoelcano.org/ 21 octubre 2022.

RÍOS, XULIO La metamorfosi del comunisme a la Xina (Traducció d’Anna Busquets Alemany) Kalandra – Col·lecció Agora K. Catalunya, 2022. Páginas 153, 259, 287, 289 y 290.

MEISNER, MAURICE La China de Mao y después: una historia de la República Popular Templando el Acero, 2020. Páginas 187, 197, 198 y 378.

VV.AA. El anarquismo en China Confederación Sindical Solidaridad Obrera Páginas 23, 24 y 25.

BERNSTEIN, T. P. Y X. Lü (2002) Taxation without representation in contemporary rural china Cambridge University Press citado en TILLY, CHARLES Violencia Colectiva Hacer Editorial, enero de 2007. Página 218.

GÓMEZ DIAZ, DIANA ANDREA El discurso confuciano en la política china Páginas 44 y 45 y HERRERA-FELIGRERAS, ANDRÉS En torno al socialismo con características chinas Páginas 83 y 84 y BELTRÁN ANTOLÍN, JOAQUÍN El Partido ante la sociedad: la erradicación de la pobreza Páginas 140, 141 y 154 en BELTRÁN ANTOLÍN, JOAQUÍN (Ed.) Viaje al centro: El XIX Congreso del Partido Comunista Chino Ediciones Bellaterra – Biblioteca de China Contemporánea, 2017.

CORRIENTE MARXISTA INTERNACIONAL La larga marcha hacia el capitalismo en China en China: De la revolución a la contrarevolución Marxismo Hoy – Revista de Debate Político Núm. 16 – mayo 2007 Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels, 2007. Páginas 88 y 91.

HUI, WANG El nuevo orden de China: sociedad, política y economía en transición Edicions Bellaterra – Biblioteca de China Contemporánea, 2008. Página 169.

IZQUIERDAWEB La nueva izquierda en China: el resurgimiento de tradiciones perdidas 4 marzo 2023.

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