…Sobre el islam…
Abdelmumin Aya (Vicente Haya) es un filósofo español, uno de los pensadores
musulmanes más destacados de Europa y muy activo en el diálogo interreligioso.
En una de sus obras El islam no es lo que crees (Kairós, 2010) afirma
que lo relevante del islam es la experiencia mística y no la teología y la
filosofía (que está en la base de la primera). Así, Abdelmumin Aya, hace una
defensa de la ‘intuición elemental’, como vía para acercarse a Allah, en lugar
de la ‘retórica vanidosa’ de los mutakallimun: el término que se usa
para referirse a los teólogos y cuya traducción literal es ‘los que hablan’
pero que él estirando el concepto (gracias al carácter, pronunciadamente,
contextual de la lengua árabe) traduce como ‘los charlatanes’.
Esta obra tiene un enfoque intuitivo e intimista del islam definiendo a
este como ‘aquella realidad que se ha despertado en ti’ y a la que nombra
Allah. Percibo, así, en las ideas de Abdelmumin Aya cierta obsesión por
diferenciar entre lo que es el ‘falso islam’ (el de ‘los charlatanes’) y el
‘verdadero islam’ (aquel que parte de la experiencia particular de cada uno).
En relación a esto, rechaza la influencia de la filosofía en el islam, como una
extraña aportación de origen helénico, en el mensaje original del Profeta
Muhammad. Ahora bien, si según la tradición islámica, Muhammad es el ‘Mensajero
de Dios’ (Rasul Allah) entiendo que es un intermediario entre Dios y los
hombres (de hecho, según la misma tradición, Allah habría usado otro
intermediario en la figura del Arcángel Gabriel).
¿Y por qué desciende la palabra a través de dos intermediarios? Entiendo
que es debido a que, según la interpretación que yo hago de esta cosmovisión (y
a partir de ahora dejaré de hacer este recordatorio) Allah es un ser demasiado
trascendente como para dirigirse directamente a los hombres. Así, el ‘Mensajero
de Dios’ (Rasul Allah) tiene la función de hacer entendible el mensaje y
así sería normal que tomase en cuenta las intuiciones, y experiencia intima de
cada uno, pues difícilmente se puede difundir este entre el pueblo sin tener
esto en cuenta en la práctica. Ahora bien (y creo que esto no queda del todo
claro en el libro de Abdelmumin Aya) una cosa es el islam del Profeta Muhammad,
basado en sus dichos y hechos (la Sunna) y la otra es el mensaje
coránico, el cual es más discutible que apele, exclusivamente, a esa visión
intimista e intuitiva.
En la azora (capítulo) inicial del Corán al-Fatiha (‘la que abre’) dice textualmente:
“(…) Dirígenos por la vía recta (ihdi-na al-sirat al-mustaqim)”. (Q I 1-7).
Los términos sirat y sabil que aluden al camino, a la vía, al
sendero que el creyente debe recorrer aparecen con frecuencia en el
texto coránico. La metáfora es la de un largo viaje, tan extenso como la vida
entera, en busca de la Verdad que le acerca a Dios. De hecho, son muchos los
versículos coránicos que apelan al conocimiento. Por ejemplo, veamos este:
“Pero Dios es testigo que lo que Él te ha revelado lo ha revelado con Su
ciencia” (bi ‘ilmi-hi) (Q
IV, 166).
El uso de la palabra árabe ilm ‘ciencia’ en el Corán influyó en toda
una tradición racionalista en el islam que, en lugar de ver la razón en
conflicto con la religión, trató de mostrar su compatibilidad. Se podría
mencionar, a modo de ejemplo, el establecimiento de la ‘Casa de la Sabiduría’ (Bayt
al-hikma) en el Bagdad del siglo VIII por parte del Califa ilustrado Harun
Al-Rashid o al gran filosofo andalusí del siglo XII Averroes (Ibn Rushd) donde
en su obra ‘Coherencia entre Filosofía y Religión’ (Fasl al maqa’l) se
apoya en el texto coránico para justificar el uso de la razón.
De hecho, incluso afirmó que si el mensaje de la Revelación entraba en
conflicto con la Ciencia el primero debía interpretarse en un sentido alegórico
¿Cómo se puede renunciar a toda esta brillante tradición, por parte de
Abdelmumin Aya, afirmando que esta seria un ‘cuerpo extraño’ en el islam?
¿Tiene algún sentido apelar a la ‘autenticidad islámica’ cuando esta misma
tradición religiosa reivindica los aportes del judaísmo y el cristianismo? De
hecho, según la misma tradición islámica, en un inicio, el objetivo de Muhammad
no era fundar una nueva religión sino completar las anteriores basadas en el
monoteísmo abrahámico. El examen racional del texto sagrado no seria, para mí,
una influencia helenística (como plantea Abdelmumin Aya) sino algo inscrito en
el mismo Corán en varios de sus versículos.
“Sin asumir el carácter chamánico de Muhammad, hay una gran cantidad de
hadices que quedan incomprensibles. Por ejemplo, aquellos en que constatamos
que el Profeta tenía una relación especial-íntima-con las cosas materiales. Hay
hadices que hablan de la extraordinaria delicadeza de Muhammad con todo lo que
le rodeaba”.
Habla con la montaña Uhud o advierte de no molestar a una cuerda mientras
duerme. Ahora bien, esta visión mágica de Muhammad que, polémicamente, plantea
Abdelmumin Aya entraría en contradicción con el siguiente hadiz, transmitido
por Abu Huraira:
“¡Alejaos de las siete faltas que conducen a la perdición!
Preguntaron: - ¿Y cuáles son, Mensajero de Allah? –
Dijo: La asociación en Allah; la magia; el asesinato que Allah ha
prohibido, a menos que sea en legítima defensa; comer de la usura; comerse los
bienes de los huérfanos; huir del combate por la causa de Allah; y calumniar a
las creyentes, acusándolas de adulterio a sus espaldas” (Lo relataron Al-Bujari y Muslim).
Sinceramente, me parece una suerte de ‘individualismo liberal islámico’ que
opone la experiencia mística al racionalismo. Porque supongo que si apelara a
lo segundo podrían aparecer peligrosas tendencias protocomunistas, en la
tradición islámica, como la del compañero del Profeta Abu Darr al-Gifari y su
llamado a desprenderse de lo superfluo en la Vía de Dios (Sabil Allah),
la costumbre del Califa Ali de repartir el Tesoro Público entre los necesitados
durante la oración del viernes y su continuidad en los cármatas chiís, el
protocomunismo de Averroes en su “Exposición de La República de Platón”, el
grupo seguidor del andalusí Ismail al-Ruayni y la comunidad de bienes o el
comunismo islámico del tártaro Sultan Galiev o el iraní Ali Shariati.
…Sobre el anarquismo…
La visión sufí que tiene Abdelmumin Aya sobre el islam no es muy diferente
a la que tienen los anarco-individualistas sobre el anarquismo. Rechazar las
meta-narrativas teóricas (como algo de ‘los charlatanes’) y guiar-se por lo
intuitivo, lo experiencial. Así es frecuente oír en ciertos espacios
afirmaciones del tipo ‘no puedes opinar si no eres tal o si no has vivido cual’
lo que lejos de ser una postura radical, como se pretende, no deja de
representar el más burdo empirismo liberal. Si el anarquismo no supera esta
fase (de menosprecio por lo teórico y el trabajo intelectual) se verá abocado,
a mi parecer, a objetivos cortoplacistas con ciertos éxitos a nivel táctico
(ganar conflictos, huelgas) pero a una incapacidad para enfocar la lucha
estratégica a largo plazo (es decir, que estrategia implementamos para llegar a
la sociedad que, en teoría, pretendemos).
Hay formas de pensamiento que son, paradójicamente, convergentes. Tanto en
el islam de Abdelmumin Aya como en el anarco-individualismo o el posibilismo
libertario hay un rechazo de ‘los charlatanes’ (mutakallimun) o sea del
trabajo teórico de los intelectuales, o de los proletarios intelectualizados,
que se sustituye por lo experiencial (misticismo, insurreccionalismo,
practicismo…) sin entender que el islam es un sendero (sabil) de
conocimiento que hay que recorrer o que la teoría revolucionaria es lo que
permite tener un proyecto a largo plazo, juntando todas las ‘piezas’ de las
luchas concretas en un todo coherente opuesto al sistema estatal y capitalista.
Ahora bien, no quiero terminar este artículo negando, de forma absoluta, la
importancia de lo experiencial pues esto sumado a la ‘explicación’ teórica
daría lugar a la ‘comprensión’: ahora bien, si no basta con la ‘explicación’
tampoco lo experiencial puede ir más allá de la ‘descripción’ de los hechos, a
mi entender, sin el apoyo de la teoría revolucionaria.
Alma apátrida
Bibliografía:
AYA, ABDELMUMIN El islam no es lo que crees Kairós, 2010. Páginas 42
y 43.
DE LERRAMENDI, MIGUEL HERNANDO y PEÑA MARTIN, SALVADOR (coords.) El Corán
ayer y hoy: Perspectivas actuales sobre el islam (Estudios en honor al profesor
Julio Cortés) Berenice, 2008. Páginas 23, 24 y 28.
AYA, ABDELMUMIN El secreto de Muhammad: La experiencia chamánica del
Profeta del Islam Kairós, 2006. Páginas 16, 17 y 100.
AN-NAWAWI Lo más granado de los Jardines de los Justos (Traductor:
Zacariya Maza Al-Qurtubi) Edición en español: Al-Thakafah Wattourath Publishing
House Damascus, junio de 2005. Página 361 (hadiz 938).
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