Sobre el Frente Obrero y los migrantes: del patriotismo socialista al nacional bolchevismo

I

En sus últimas intervenciones políticas Roberto Vaquero ha superado su nivel habitual de grima: ya asocia directamente inmigración, criminalidad e “islamización” así como se lamenta de cosas como la pérdida de la “cultura española”. Reconozco que, en un primer momento, ante las críticas de algun@s compañer@s anarquistas a este nauseabundo grupito no acababa de encajar la acusación que se le hacía de rojipardismo y, como prefiero hilar fino con los conceptos, le adjudicaba el de stalopopulistas: es decir, consideraba que se trataba de una peculiar combinación de la ideología del marxismo-leninismo (estalinista y hoxhaista) con una táctica populista consistente en utilizar acríticamente aquello de reaccionario que hay en ciertos sectores populares, como una vía fácil para ganar adherentes. Quizás no entendí que el hilo que separa ambas cosas es demasiado fino. Y si lo era se acabó de romper.

El Frente Obrero y el Partido Marxista Leninista (Reconstrucción Comunista) tienen como principal inspiración política al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y al Partido Comunista de España (Marxista-Leninista) del tardofranquismo. Estas últimas organizaciones partían de un paradigma político en el cual España mantenía una relación neocolonial con Estados Unidos que se traducía en el establecimiento de bases militares y en su participación en la estrategia de bloque anticomunista. A su vez, su identificación con la Albania de Enver Hoxha se traducía en una identificación absoluta con sus críticas al eurocomunismo (como desviación revisionista consistente en aceptar las reglas de juego de la democracia burguesa) y al socialimperialismo soviético (consistente en denunciar las relaciones neocoloniales que mantenía la URSS con los países bajo su área de influencia, supuestamente, desde el XX Congreso del PCUS que iniciaría el proceso de desestalinización y la restauración “burguesa”).

II

Lo que no tenía en cuenta, a mi modesto entender, el discurso del FRAP y el PCE (m-l) y que, en buena parte, explica la deriva rojiparda del proyecto político de Roberto Vaquero, es que, a la oligarquía de Estados Unidos, no le interesaba tanto mantener una relación neocolonial con España en el marco del subdesarrollo político que representa una dictadura militar fascista y no una democracia burguesa (forma más perfecta de dominación y neutralización de los conflictos de clase) sino que nuestro país se sumara al proceso de integración europeo, como forma de imperialismo subordinado al Tío Sam, pero imperialismo al fin y al cabo. Y en este sentido, son conocidas las relaciones políticas y financieras de la socialdemocracia alemana occidental con el PSOE que ayudarían a este partido a encumbrarse como una de las principales patas del régimen y artífice de la entrada de España en la OTAN.

El Estado Español, entonces, es más bien un imperialismo subordinado o de segunda fila que una colonia. Esto se ha evidenciado, recientemente, con los beneficios que le ha reportado la venta de armas a Perú dentro de una estrategia para apuntalar al Gobierno golpista de Dina Boluarte que, en el fondo, no deja de servir a los intereses de Estados Unidos en la región. Y resulta, ciertamente, chocante que en la crisis migratoria o el conflicto del Sahara, el Frente Obrero (y también algunos anarquistas, con un discurso patriótico similar, como el tertuliano Borja Ascaso) pretendan mostrar a España como una suerte de pobre colonia víctima del agresivo imperialismo marroquí cuando, de hecho, los neomaoistas de la Vía Democrática (los cuales, por cierto, aún a día de hoy pertenecen a una internacional comunista de tendencia hoxhaista ¡la misma que dice defender el Frente Obrero!) afirman que Marruecos es una neocolonia de Francia y Estados Unidos (recordar que esta organización defiende la autodeterminación del Sáhara si bien se muestra contraria al Frente Polisario).

III

El hecho de que España se constituya en un imperialismo, aunque subordinado, dentro del sistema-mundo tiene otra consecuencia: la llegada, a partir de finales de la década de los 90, de trabajadores migrantes de la periferia, al tratarse de una economía de capitalismo desarrollado. Trabajadores a los que, a fin de no dificultar la acumulación capitalista, se privará de sus derechos de ciudadanía haciendo retroceder el sistema político de una democracia burguesa a una suerte de neoliberalismo oligárquico que se constituye en una sociedad segmentada y profundamente desigual. Solo la lucha de estos migrantes conseguirá, en algo, atenuar esta situación con algunas regularizaciones ¿Y por qué explica esto, volviendo a lo anterior, la deriva rojiparda de Roberto Vaquero? Porque al reivindicar, el Frente Obrero, en la España imperialista y capitalista del siglo XXI, el patriotismo socialista del FRAP y el PCE (m-l), nacido durante las incertidumbres del tardofranquismo, dicho patriotismo se deposita, preferentemente, en aquellos sectores obreros o de clase media que no están alienados nacionalmente al poseer, aunque precariamente, dichos derechos de ciudadanía.

La compleja estratificación social de la España del siglo XXI produce diferentes ideologías “populares”: por ejemplo, si el nacionalismo catalán “de izquierdas” (tanto radical como moderado: CUP o ERC) se constituye, mayoritariamente, en una paradoja de “clasismo progresista” de la aristocracia obrera, la pequeña burguesía y los estudiantes contra los trabajadores manuales y de servicios que ocupan, normalmente, categorías laborales más precarias, a la vez, que adquieren un suave tono reivindicativo hacia arriba (léase Convergencia) por otra parte, el nacionalismo español “de izquierdas” (tanto moderado como radical: Más País, Podemos o Frente Obrero) se constituye, igualmente, en parecida contradicción al buscar la formación de un bloque de la clase media y los trabajadores “incluidos” contra aquellos privados de derechos, mientras apoya o critica, algunos más levemente que otros, el socialimperialismo fascista del PSOE aun formando Gobierno o compartiendo parte del discurso racista del mismo (los Ayuntamientos “socialistas” están, junto a los convergentes, entre los que más dificultades ponen para empadronar a los vecinos migrantes en situación de vulnerabilidad social).  

IV

Es decir, en el contexto de un país miembro de la OCDE y la UE ningún patriotismo, nacional o regional, puede tener un carácter progresivo sino reaccionario ya que, por las clases sociales en las que se deposita, tiende a constituirse en una postura defensiva que convierte los derechos en privilegios, cuando no en el más burdo asimilacionismo que es igualmente racista. Ya sea la versión nazbol del FRAP o la CUP de l’Hospitalet de Llobregat en campaña, buscando “catalanizar” una realidad sociocultural que le molesta, cual versión cuatribarrada del ministro Wert. En el contexto de sociedades urbanizadas y cosmopolitas, las versiones locales de la doctrina estalinista del “socialismo en un solo país” se confunden con el fascismo, fácilmente. Las posturas estrictamente internacionalistas (o incluso anacionalistas) del anarquismo, a mi entender, son más proclives a construir un proyecto en común para una clase trabajadora de orígenes y culturas diversas (hoy incluso algunos grupos reformistas hablan de ideas como el “laicismo nacional”).

Por otra parte, el hecho de que la segmentación clasista y racista de la sociedad haya hecho retroceder, a mi parecer, a la democracia burguesa hacia una suerte de neoliberalismo oligárquico nos sitúa a los anarquistas, o al menos a algun@s, en la paradoja de apoyar movimientos con reivindicaciones propias (como dirían los marxistas latinoamericanos) de la fase democrático-burguesa de la revolución. Esto, aparte de mostrarnos como (a nivel general) el conocimiento de las sociedades neocoloniales también nos sirve para comprender las nuestras, indica específicamente como la crítica que los grupos guevaristas hacían a los Partidos Comunistas latinoamericanos, a partir de los 60, consistente en rechazar que las burguesías nacionales pudieran liderar ningún tipo de revolución burguesa (por incapacidad y por miedo a desatar el socialismo) también vale para España.

V

¿O es que acaso alguien imagina a Convergencia reivindicar algo tan “democrático y burgués” como el derecho al voto para los migrantes? ¿O a ERC haciendo algo más allá de gestos simbólicos en el Senado? Precisamente, dicha segmentación social profunda, ha hecho que ya no pueda hablarse, propiamente, de democracia burguesa sino de un estadio anterior y sitúa a los anarquistas, y a los grupos anticapitalistas, en la paradoja de luchar contra el sistema y la ideología democrático burguesa mientras esta está retrocediendo, de hecho y a pasos agigantados, hacia una suerte de neoliberalismo oligárquico. Y es en esta fase de transición regresiva (con la coexistencia de los diferentes sistemas según el segmento social al que pertenezcas) en la que no será extraño encontrarnos en situaciones paradójicas que combinen las posturas revolucionarias que busquen destruir el sistema con las que busquen la inclusión.

A mi modo de verlo, las transformaciones sociales no se han hecho nunca solo con idealismo revolucionario sino cuando la acumulación de peticiones de reforma es indigerible por el sistema y le producen un verdadero empacho. La Revolución Rusa de 1917, por ejemplo, se hizo más por la voluntad de salir del conflicto bélico mundial que por idealismo socialista, si bien Kerenski y su Gobierno Provisional no fueron capaces de digerir esta petición popular por los compromisos con Francia y el Reino Unido. Y la Revolución Española de 1936, igualmente, porque los anarcosindicalistas fueron los más decididos en enfrentar el fascismo en las calles. Las colectivizaciones vendrían por casualidad al haber abandonado los patronos las fábricas y encontrarse los trabajadores en una situación de vacío de poder.

                                                                                                                                             Alma apátrida

 

P.D: La Asamblea “Papeles para tod@s” de Martorell en el TN Comarques

https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/telenoticies-comarques/telenoticies-comarques-24042023/video/6216617/

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