Llamaradas de Rebelión: crónica y reflexiones de la charla-debate sobre memoria histórica del anarquismo en Chile (Raval-Barna)

1) Presentación de la charla

El pasado viernes, 14 de enero de 2022, a las 18:30 horas, se realizó en los locales de la CNT-AIT de Barcelona (Joaquín Costa, 34) una charla, a cargo de los compañeros del Archivo Histórico “La Revuelta” de Chile, acerca de la historia del movimiento libertario en este país latinoamericano, que centró la atención internacional, recientemente, a causa del estallido popular del 18 de octubre de 2019. A mi modo de verlo, desde hace ya un tiempo, el anarquismo en este país (sobre todo en sus vertientes plataformistas e insurreccionalistas) se ha constituido en uno de los referentes para el movimiento libertario en estos lares: así no es extraña, entre ciertos anarquistas españoles, la discusión acerca de la experiencia del Frente de Estudiantes Libertarios o la solidaridad con compañeros anarquistas presos de allí y la identificación con sus reflexiones y praxis. Si a esto le sumamos los ecos de la rebelión de octubre de hace poco más de dos años, no es de extrañar que la sala de actos confederal estuviera llena de compañer@s para conocer la memoria ácrata de los libertarios chilenos.

2) Sobre la pérdida del hilo generacional ácrata: apuntes respecto a un folleto argentino

Los ponentes quisieron empezar señalando la necesidad de construir el internacionalismo cada día. Para ellos, según sus propias palabras, recuperar la memoria histórica se convierte en una necesidad evidente debido a la pérdida del hilo generacional en Chile que, a diferencia de otros lugares, ha impedido conectar a las diferentes generaciones de militantes y activistas, dificultando la transmisión de saberes y experiencias de lucha. Aun así, y en relación a esto, los compas argentinos de Expandiendo la Revuelta (nombre con el que firman el folleto Firmes en nuestras convicciones, inclaudicables en la Guerra contra toda Autoridad: algunas reflexiones sobre la memoria revolucionaria y los últimos años del entorno anárquico en Buenos Aires) señalan que, precisamente, la diferencia entre Chile y Argentina es que el fin de la dictadura militar y la llegada de la “democracia” en esta última supuso el abandono de cualquier perspectiva insurreccional por todo el espectro revolucionario, a diferencia de Chile, donde siguieron operando grupos revolucionarios de matriz marxista-leninista (el Frente Patriótico Manuel Rodríguez) y cristiana (el Movimiento de Acción Popular Unitaria-Lautaro).

Así, si seguimos el argumento de los compas argentinos, lo que se produce en Chile es una pérdida del hilo generacional anarquista pero no propiamente una ruptura en la transmisión de saberes y experiencias de lucha ya que estos, simplemente, acaban proviniendo de otras tiendas ideológicas revolucionarias con las que se comparte la perspectiva insurreccional contra el Estado-Capital: esto se evidenció, a mi parecer, en la charla-debate organizada por varios compañeros en el Ateneo Libertario del Palomar, el 17 de mayo de 2019, sobre el libro del Comandante Ramiro del FPMR. Y los ecos de esta peculiaridad histórica llegan hasta hoy cuando desde posturas ortodoxas se critica la inclusión de los pres@s subversiv@s (no necesariamente anarquistas) en las campañas que exigen la libertad de los luchadores encarcelados y en las que participan, lógicamente, compañeros anarquistas chilenos.

3) La experiencia del archivo y la memoria histórica del anarquismo chileno

Volviendo al tema de la charla, los compas chilenos fundaron el Archivo Histórico “La Revuelta” en 2009 con mucho esfuerzo e ilusión pese a la precariedad de medios (hasta ahora no han podido disponer de local y la documentación se encuentra dispersa en varios domicilios particulares). Señalaron, como aspecto positivo de la revuelta de octubre de 2019 en cuanto al anarquismo, el haber rehecho ciertos vínculos entre compañeros antiautoritarios con los que se puede discrepar en ciertas posturas. A raíz de esto, se empieza a dar un dialogo fecundo con los sectores barriales que, quisieron destacar, puede que no sean ideológicamente anarquistas pero comparten muchos de los planteamientos libertarios en cuanto a sus tácticas de lucha: respecto a esto manifestaron, incluso, que ciertos compañeros que hacía ya un tiempo habían evolucionado hacia posturas próximas al nihilismo, desencantados de la pasividad de la gente, han vuelto a una perspectiva más social a raíz de todo el proceso que se da con el levantamiento popular de octubre de 2019.

Los ponentes señalaron la llegada tardía de las ideas libertarias a Chile (a diferencia de Argentina y Uruguay) y expusieron que se encuentra vinculada, como fenómeno sociológico, al fomento de la inmigración europea por parte de las autoridades que profesaban ideas racistas acerca del mejoramiento de la raza. Se trata pues, al igual que en Argentina, de una paradoja histórica: la llegada de ideas de redención social (anarquismo, socialismo etc.) se encuentra vinculada, en un primer momento, al fomento desde arriba de una política fundamentada en ideas propias de un positivismo racista y eso pudo tener cierta influencia en la psicología de los recién llegados mal que nos pese (aunque, lógicamente, su actividad revolucionaria les ocasionara represión y deportaciones). Esta paradoja se hará notar en Argentina durante la época de emergencia del peronismo cuando parte de esta clase obrera de origen europeo (quien había profesado estas ideas) manifieste fuertes prejuicios respecto a los emigrantes del interior que engrosaran las filas del justicialismo peronista ¿Quizás, debido, en parte a esto? De todas maneras, no significa que fuera siempre así, pero son contradicciones sociales a tener en cuenta.

Así, en 1892 se funda por parte de un grupo de anarquistas italianos llegados a Chile el Centro de Estudios Sociales y el periódico anarquista El Oprimido que tendrá su sede entre Valparaíso y Santiago. Los compañeros del Archivo Histórico “La Revuelta” supieron de su existencia gracias a la colección del anarquista Max Nettlau que se encuentra depositada en el Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam. Posteriormente, aparecerán otras cabeceras como El Rebelde, La Campana o El Ácrata que serán editadas por obreros netamente criollos (en palabras de los mismos ponentes). Esta labor propagandística va dando sus frutos y así en 1903 se producen protestas de los obreros marítimos y en 1905 de los de la carne en un contexto de emigración campo-ciudad y fuerte explotación patronal. La feroz represión conocida como la Masacre de Santa María de Iquique en 1907 fue aprovechada por algunos izquierdistas como Emilio Recabarren (fundador del Partido Comunista) para hablar de tendencia suicida del movimiento obrero.

Los ponentes señalaron que, a partir de 1910, emerge una nueva generación de militantes obreros anarquistas y que dos años después un anarquista abre fuego contra dos burgueses en venganza por los hechos represivos de 1907, apareciendo muerto, en extrañas circunstancias, este compañero al cabo de un tiempo. Otro anarquista llegado esta vez de España, Antonio Ramón Ramón, apuñalará al General responsable de los mismos hechos que motivaron la anterior acción. Entre 1911 y 1913 se producen numerosos atentados con bomba contra la Iglesia como el de los Carmelitas Descalzos, así como aumenta la conflictividad laboral con una huelga en contra de las listas negras en el puerto. El año 1920 ve nacer una floreciente escena contestataria con acciones sindicales y actividades culturales del movimiento libertario y la izquierda en general. 

La Revolución Rusa de 1917 tendrá un gran impacto en el país, como en el conjunto de la región, y así los ponentes quisieron destacar la editorial de cierta publicación anarquista que manifestaba lo siguiente: La dictadura del proletariado es la antesala del comunismo anárquico. Esta tendencia también apareció en Argentina y Uruguay, dando lugar a escisiones en el anarcosindicalismo con la aparición de los llamados anarcobolcheviques o anarcodictadores (término que usaban sus detractores, pero no ellos propiamente) en cambio en España una posición parecida, representada por el grupo Los Solidarios posteriormente Nosotros, si bien existió, no llegó a producir una fractura en la organización confederal. Por estos años, se crea la sección chilena de los Industrial Workers of the World – I.W.W. (organización sindicalista revolucionaria cuyos militantes son conocidos como los wobblies) tras el fracaso organizativo de la Federación Obrera Regional Chilena (F.O.R.CH.). Cientos de sus militantes serán represaliados. Los ponentes señalaron que, en Chile, a diferencia de Argentina, no existió la llamada tendencia ilegalista (de corte insurreccional e individualista) dentro del anarquismo, orientándose sus militantes a la lucha sindical.

Con la caída de la dictadura del General Carlos Ibañez del Campo, en 1931, se reagrupan las dispersas fuerzas libertarias y fundan la Confederación General de Trabajadores (C.G.T..) de orientación anarcosindicalista/sindicalista revolucionaria. Los ponentes quisieron hacer especial énfasis en este hecho para desmentir a la historiografía marxista que acostumbra a señalar la década de los 30 como final de la influencia libertaria en Chile. El movimiento anarquista de esta época se encontrará fuertemente marcado por el antifascismo. En relación a esto, los ponentes destacaron la demencial ideología de los nacionalsocialistas chilenos (quienes llegaron a protagonizar un fracasado putsch) basada en la superioridad de la raza nacional al encontrarse en ella mezcladas la racionalidad del español y la fiereza del mapuche. Un compañero anarquista que destacó en su lucha contra el fascismo fue Félix López, de origen español pero que pasó la mayor parte de su vida en el país, se trasladó a España durante la Guerra Civil de 1936-1939 y mando sendas crónicas a la prensa libertaria chilena.

Una vez ocurrido el trágico desenlace, existió la propuesta de trasladar a los refugiados españoles a Chile. Los ponentes denunciaron la actitud sectaria de Pablo Neruda al maniobrar para que se priorizara la llegada de comunistas. Así, un redactor del periódico anarquista ibérico Tierra y Libertad, tuvo que llegar como polizonte. Los ponentes señalaron otros hechos relevantes como la fundación de la Central Unitaria de Trabajadores (C.U.T.) donde participó el anarcosindicalista Ernesto Miranda Rivas y el sindicalista cristiano Clotario Blest. En 1965, se funda el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (M.I.R.) que los compas chilenos definieron como una bolsa de gatos: en el sentido de que fueron a parar allí distintas tendencias revolucionarias como guevaristas, maoístas, trotskistas y anarquistas, es decir, todas las corrientes que en aquella época se oponían al legalismo y gradualismo de los partidos comunistas oficiales en Latinoamérica como el chileno.

Aun así, las dos últimas fueron expulsadas de la organización mediante el documento mirista Sin lastres, avanzamos rápido. En esta época se da, entonces, una ruptura entre un movimiento libertario más pragmático, orientado sobre todo a los medios obreros, y proclive a confluir con otras corrientes de la izquierda revolucionaria (el llamado Movimiento Sindical Libertario-MSL, de Ernesto Miranda, que venía del anterior Movimiento Sindicalista Revolucionario-MSR) y otro más ortodoxo nucleado en la llamada Federación Anarquista Internacional que evolucionara en la Federación Libertaria de Chile: estas dos últimas agrupaciones estuvieron caracterizadas por un acerado anticomunismo e incluso antimarxismo (en el que influenció la presencia de anarquistas españoles exiliados). Lamentablemente, nos comentaron los ponentes, esta tendencia visceral hizo que algunos de sus miembros como Chico Durán evolucionaran hacia el fascismo y apoyaran abiertamente el régimen de Pinochet.

Los ponentes llegaron hasta la actualidad destacando el renacimiento del anarquismo chileno a partir de los 90 ligado a la contracultura y el punk. Todo ello se da en un escenario, como se ha dicho al principio, de ruptura del hilo generacional anarquista con poca disposición de los veteranos a trabajar con los jóvenes. Los compas señalaron la falta de locales libertarios, a raíz de la represión por el Caso Bombas en 2010, siendo las plazas públicas el principal espacio de reunión (indicaron la presencia de tres espacios físicos, actualmente, de reducidas dimensiones). Como punto negativo, lamentaron, la pérdida de la tradición obrera en el movimiento y el hecho de que se encuentre nucleado, mayoritariamente, en un contexto universitario. Destacaron que el anarquismo empezó a tener una presencia mediática a partir de 2006 cuando en una manifestación de un autoconvocado Bloque Negro salió una bomba molotov hacia el Palacio de La Moneda.

Esto fue aprovechado por la izquierda institucional y socialdemócrata para acusarlos de fascistas por atacar también el Palacio de La Moneda (haciendo referencia al bombardeo pinochetista del 73) en una muestra de la patética demagogia que acostumbran a pasear, en todos lados, ante cualquier iniciativa que les deje con el culo al aire. Los compañeros finalizaron su exposición destacando la importancia de la labor archivística del anarquismo por los propios anarquistas, pues si no se puede caer en errores garrafales como los del historiador libertario Ángel Cappelletti quien baso su historia del anarquismo chileno en fuentes marxistas, que acostumbran a presentar el movimiento como propio de rebeldes primitivos, en el sentido que le da el marxista Eric Hosbawn de una fase necesaria de la lucha de clases, pero condenada a ser superada por formas superiores. Más bien su renacer a partir de los 90 indica lo contrario.

4) Conclusiones

En cuanto a la bibliografía del anarquismo chileno la sintética obra de Eduardo Godoy Sepúlveda Llamaradas de Rebelión: Breve Historia del Anarquismo en Chile (1890-2000) editada en 2020 por Eleuterio viene a completar, según las mismas palabras de uno de los ponentes, un vacío en cuanto a la tarea divulgativa del periodo clásico del movimiento (hasta la década de los 40). Para épocas más recientes está la obra Anarquistas: Presencia Libertaria en Chile de Felipe del Solar y Andrés Pérez, editada en 2008 por RIL editores. Las dos abarcan tanto los inicios como la actualidad, pero cada una dispone de información más clara de los períodos señalados. A mi entender la segunda obra, aun editada con más medios, es algo confusa en ciertos aspectos pues incluye iniciativas no estrictamente anarquistas como la guevarista Vanguardia Organizada del Pueblo (V.O.P.) o el llamado Poder Joven antecedente del Partido Humanista. Si bien es bastante detallada en cuanto a los primeros grupos anarquistas universitarios.

En la charla se hicieron varias reflexiones acerca de la importancia de las plazas como lugares de encuentro y politización o la deriva institucional de una parte del movimiento libertario en Chile: la línea que va del Congreso de Unificación Anarcocomunista (C.U.A.C.) – Organización Comunista Libertaria (O.C.L.) – Izquierda Libertaria (I.L.) que acabo apoyando una candidatura presidencial. Se señaló, de todas maneras, que este peculiar proceso no es una excepcionalidad chilena pues de la Federación Anarquista Uruguaya (F.A.U.) salió el Partido por la Victoria del Pueblo (P.V.P.) e incluso el anarcosindicalista español Juan García Oliver propuso en el exilio la creación del Partido Obrero del Trabajo (P.O.T.). Por último, me parece importante señalar la enseñanza histórica, aunque pueda escocer, que supone la deriva fascista del anarquista Chico Durán: entiendo que el anarquismo, según mi opinión personal, es fundamentalmente opuesto al marxismo-leninismo (aunque a ciertas expresiones del guevarismo tengo mis dudas), pero no a cualquier forma de marxismo, como el consejismo, el luxemburguismo o el autonomismo.

Creo que, a veces, se peca de una falta de rigor y visceralidad respecto a esto. Lo que en el caso de Chile derivó en lamentables evoluciones como la de Chico Durán. Un caso del que, desde luego, hay que sacar las reflexiones pertinentes.

                                                                                                                                             Alma apátrida

 

Fuentes de consulta:

GODOY SEPÚLVEDA, EDUARDO Llamaradas de Rebelión: Breve Historia del Anarquismo en Chile (1890-2000). Editorial Eleuterio, 2020.

DEL SOLAR, FELIPE y PÉREZ, ANDRÉS Anarquistas: Presencia Libertaria en Chile RIL editores, 2008.

EXPANDIENDO LA REVUELTA Firmes en Nuestras Convicciones Inclaudicables en la Guerra contra Toda Autoridad: Algunas reflexiones sobre la memoria revolucionaria y los últimos años del entorno anárquico en Buenos Aires.

TORRE, JUAN C. y PASTORIZA, ELISA La democratización del bienestar en TORRE, JUAN C. (dir.) Los años peronistas (1943-1955) Editorial Sudamericana, BA, 2002.

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