1) Crónica-resumen de las
protestas y su contexto social e histórico
El pasado lunes 17 de mayo de
2021, a las 19: 00 horas, se realizó en el Ateneo Libertario del Palomar
(llenguadoc, 25) una charla-debate on-line a cargo de compañeros del colectivo
anarquista colombiano El Agite sobre las fuertes protestas, y represión
estatal consiguiente, que están ocurriendo últimamente en este país
latinoamericano (de las que, por cierto, puntualizaron que su núcleo más
insurreccional se encuentra en la ciudad de Cali). Los compas quisieron
destacar, nada más empezar, que Colombia es un país que siempre se ha
encontrado en guerra desde su misma fundación. La larga sombra del líder
ultraderechista, vinculado al paramilitarismo, Álvaro Uribe Vélez se alarga
hasta nuestros días con su control indirecto del actual Gobierno. En Colombia
cabe destacar, en relación a lo anterior, que la oligarquía local nunca tuvo la
necesidad de recurrir a la Dictadura abierta y, en consecuencia, siempre ha
gobernado la derecha, aún con su fachada de democracia teñida de la sangre de
campesinos y obreros.
En relación a esto, recordó, en
el pasado, el exterminio sistemático de los militantes del partido izquierdista
Unión Patriótica que constituye uno de los hechos de represión más
terribles de la historia del país. Actualmente las autoridades gustan de
relacionar a los manifestantes con las disidencias de las F.A.R.C.
(sectores desprendidos de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, actualmente desmovilizadas, conocidos también como la Nueva
Marquetalia) si bien, hoy en día, las personas que protestan están
desplegando importantes niveles de autonomía política, e incluso un manifiesto
rechazo, respecto las organizaciones de la izquierda tradicional. Todo esto en
un escenario de militarización del país para hacer frente a las crecientes
protestas lo cual no es nuevo en Colombia. También puntualizaron el perdón
gubernamental a los paramilitares, en el pasado, y su actuación, en el
presente, echando plomo a los manifestantes con total impunidad.
También señalaron que el actual
Gobierno ha desconocido el Acuerdo de Paz con la guerrilla y que, varios
de sus miembros, están vinculados al Cártel de Medellín y al
narcotraficante Pablo Escobar, muerto en 1993. En relación a esto, señalaron
que más de 100 líderes sociales han sido asesinados desde la firma de dicho
acuerdo. Además, destacaron que, actualmente, se dan alianzas de guerrilleros
de las disidencias de las F.A.R.C. y del Ejército de Liberación Nacional
(E.L.N.) con paramilitares por el simple control del territorio y el
narcotráfico por lo que, cada vez más, se está desdibujando el eje
derecha-izquierda en el accionar de los grupos armados. Puntualizaron la
declaración del E.L.N. en contra del Gobierno del 12 de mayo de este año
acusándole de no querer dialogar con la población que está en las calles.
2) Los compañeros del Agite
manifiestan su opinión anarquista sobre la coyuntura
En primer lugar, quisieron dejar
claro que apoyan el movimiento insurreccional que tiene autonomía, destacando
los jóvenes sin recursos ni servicios básicos que están dando la cara en la Primera
Línia en su lucha contra el Escuadron Mobil Antidisturbios (ESMAD):
cuerpo policial de infame reputación, por su violación sistemática de los
derechos humanos y que cuenta con armamento y equipo superior, a lo que es
normal en este tipo de unidades, en otros países del mundo. En este sentido,
quisieron destacar que no hay un protagonismo especial del movimiento
estudiantil ni obrero digamos oficial. Quisieron señalar una crítica,
que les parecía importante, respecto al débil internacionalismo presente en las
protestas que relacionan con el hecho de que Colombia es un país muy cerrado
en sí mismo. Así mostraron su
disconformidad con la profusión de banderas nacionales en las protestas, pues
consideran el patriotismo como algo peligroso.
3) Algunas intervenciones de
los asistentes y respuestas del Agite
Un asistente preguntó si la clase
política está intentando salvar el Estado como en Chile con la propuesta de una
nueva Constitución. Uno de los compas del Agite respondió que existen
algunos líderes políticos que hacen bandera del progresismo (como un anterior
miembro de la guerrilla urbana M-19) defendiendo la aplicación práctica de los
valores constitucionales pues, a diferencia de Chile, el discurso político va
más centrado en hacerla efectiva que no en reformar propiamente el texto
ya que se considera que tiene un carácter avanzado. Otra pregunta consistió en
saber cómo se ubica el Agite como grupo anarquista en una movilización
tan amplia. Aquí respondieron, no sin antes recordar que Álvaro Uribe estaba
alentando los ataques armados hacia los manifestantes con sus proclamas de legítima
defensa de la propiedad privada, que con agitación, pintadas o murales.
Otra intervención fue en la línea
de preguntar por la situación de los desaparecidos, a lo que los compañeros
respondieron que, en su mayoría, son detenciones que no se reportan si bien
recordó la aparición de un manifestante muerto en el Cauca días después de su
arresto. Una de las últimas intervenciones preguntó por el papel de la Iglesia
Católica en todo este asunto a lo que el Agite respondió que en Colombia
se trata, básicamente, de una institución derechista y conservadora cercana a
los terratenientes. Así que lo que ha hecho es escurrir el bulto sin
pronunciarse sobre el Paro e intentando ejercer un fallido papel de mediación.
4) Conclusiones
Es debido a este duro motivo estructural que es tan importante apoyar las actuales movilizaciones en Colombia pues para hacer saltar la costra de la sociedad y la institucionalidad burguesa colombiana, parafraseando al anarcosindicalista español Juan García Oliver, es necesaria la solidaridad internacional sobre todo de aquellos que, quizás como decía el intelectual y militante antiimperialista tunecino y judío Albert Memmi, pueden permitirse el lujo de ser internacionalistas (a otros trabajadores les es más difícil, me refiero al conjunto de estos y no tanto a las minorías revolucionarias activas, pues viven en países con revoluciones burguesas truncadas que quizás, en este caso, representa el asesinato del populista liberal Gaitán). Esta afirmación puede ser polémica, y puede que los compañeros del Agite no estén demasiado de acuerdo conmigo, pero me parece hasta cierto punto normal que en un país con profusión de bases (o cuasi-bases arrendadas) militares norteamericanas que solo son la expresión de una dominación neocolonial contemporánea que viene de lejos, haya profusión de banderas en las movilizaciones.
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