“Yo también tengo mechero”: crónica de la manifestación en Mataró en solidaridad con los pres@s del 27-F

El pasado 27 de marzo de 2021 se convocó, en la localidad de Mataró, una manifestación en solidaridad con Sara, María, Alberto, Danilo, Jalienne, Emmanuele, Ermano y Luca: detenidos y encarcelados (la primera ya ha salido en libertad con cargos) tras una operación policial que pretendía relacionarlos con una célula de violentos anarquistas italianos aprovechando toda la leyenda negra que, históricamente, ha construido la prensa burguesa española y catalana en relación al movimiento libertario en ese país. Y todo ello en el marco de las protestas contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel: lo que nos sitúa a los y las anarquistas, que nos manifestamos el sábado y/o que han solidarizado de otras formas, en un escenario de respuesta frente a la represión con aquell@s que, a su vez, estaban solidarizando por lo mismo. Digo esto porque me parece necesario reflexionar ante esta coyuntura pues, parece ser, que hemos caído ya en la dinámica de acción-represión-acción que indica un momento de reflujo de la lucha. De hecho, en este punto es donde nos quiere ver el sistema y del que hay que intentar salir.

Sobre las 19:00 horas nos concentramos una cincuentena larga de personas frente a la Estación de Renfe con lo cual, y pasado un rato para esperar la posible llegada de más manifestantes, ocupamos la carretera N-II desplegando dos pancartas y una bandera anarquista. En la más grande de ellas estaba escrita la frase Yo también tengo un mechero (haciendo referencia a la rocambolesca historia inventada en el atestado policial de los Mossos de que l@s detenid@s formaban parte de la misma célula por tener el mismo mechero: un objeto que regalan en los paquetes de tabaco de liar y que es de común uso), la otra más pequeña la llevaban dos activistas del colectivo Movimiento Pro-aministia creado para solidarizarse con los represaliados de las luchas anticapitalistas y reclamar una amnistía total.

Seguidos de cerca por una dotación de la policía local enfilamos por la carretera gritando consignas como yo también tengo un mechero, libertad a nuestras compañeras porque el Estado las tiene prisioneras, abajo los muros de las prisiones, las cárceles son centros de exterminio o visca, visca, visca el Maresme anarquista hasta llegar a una rotonda y girar a la derecha donde más arriba se encontraba la Comisaria de los Mossos d’Esquadra. Conforme nos íbamos acercando aumentó el tono de las consignas, como la policía tortura y asesina, por toda la rabia acumulada contra estos sicarios del proto-estado capitalista catalán que nos estaban esperando haciendo un cordón, los cascos puestos y las porras desenfundadas: se vivieron algunos momentos de tensión sin que llegaran a cargar y nos desplazamos a la izquierda penetrando en el centro de la localidad.

Se seguían gritando consignas y repartiendo algunas octavillas a los y las vecinas que observaban la marcha hasta que llegamos a la puerta del Ayuntamiento donde se desplegaron las dos pancartas y se leyó el comunicado de solidaridad con l@s compañer@s encarcelad@s ante la mirada atónita de una muchedumbre de transeúntes, algun@s de los cuales no parecían entender demasiado bien que estaba ocurriendo: cabe decir que alguna persona participante en la manifestación se encargó de explicarlo al que se acercaba curioso a preguntarlo. Mientras ocurría esto fuimos vigilados de cerca por varios miembros de la Policía Local, apostados delante de una oficina bancaria, a los que un manifestante recriminó irónicamente que estuvieran protegiendo antes a un banco que al Ayuntamiento lo cual motivó algunas risas.

Aquí parecía que iba a terminar la manifestación, pero no fue así pues decidimos continuar hacia abajo haciendo ruido con lo que íbamos encontrando, vallas metálicas y de obra, mientras se seguían gritando las consignas mencionadas. Finalmente se llegó al punto de salida donde para rematar se volvió a cortar la N-II un rato, mostrando las pancartas a los vehículos, hasta que se decidió desconvocar una manifestación que, en el momento de inicio y de fin, estuvo vigilada discretamente (o eso creían ell@s) por algún grupo de secretas. Personalmente, creo que, a pesar de que no fuimos much@s asistentes, se mostraron bastantes ánimos y combatividad y se hizo un recorrido más largo de lo que se esperaba.

Libertad pres@s 27-F

Abajo los muros

                                                                                                                                                                             Alma apátrida

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