La tensión anárquica: crónica
de la charla-debate sobre el conflicto social en Uruguay desde una perspectiva
anarquista (Raval-Barna)
El pasado domingo 2 de febrero, a
las 19:00 horas, se realizó en el CSO May Day, del barrio barcelonés del Raval,
una charla a cargo de compañer@s anarquistas uruguayos sobre la situación y
perspectivas de lucha del anarquismo y los movimientos sociales en este país
latinoamericano. Empezaron desmitificando la figura del anterior presidente
Mujíca “y sus secuaces”, tan del gusto de la izquierda reformista y el
ciudadanismo progre por estos lares, señalando como su gobierno profundizó en
el modelo neoliberal y extractivista en Uruguay. Para situar a los presentes en
el contexto histórico, hicieron algunos apuntes respecto a la fuerte impronta
de la emigración, a principios del siglo XX, de trabajadores procedentes de
Galicia y el sur de Italia, proceso que relacionaron con la emergencia de un
Estado fuerte, de ideología liberal y democrática, con una fuerte capacidad de
cooptación política del movimiento obrero que despuntaba por entonces.
Esta intención temprana de querer
situarse “a la vanguardia del progreso” ha seguido presente hasta hace poco con
la aprobación de leyes permisivas como las del aborto, marihuana, transgénero o
del matrimonio entre personas del mismo sexo. Realizaron algunos apuntes sobre
la Dictadura Cívico-Militar de 1973-1985 y los desaparecidos que provocó (entre
200 y 300): a raíz de la transición política posterior señalaron la aparición
de movimientos contra la impunidad, algunos más legalistas y otros no,
nombrando específicamente a la Plenaria “Memoria y Justicia” y su táctica de
los escraches en los domicilios de los torturadores (fuertemente custodiados
por vallas y antidisturbios, por lo que recuerdo de algunas de sus
manifestaciones). Explicaron que en 1989 se produjo un referéndum para anular
la llamada “Ley de Impunidad” (“Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del
Estado”) que perdieron los defensores del “Si” al igual que otro que se produjo
en 2009.
También nombraron la conocida
como “Marcha del Silencio” donde miles de personas se manifiestan cada año por
las calles de Montevideo, exigiendo justicia para l@s desaparecid@s de la
dictadura y llevando sus fotografías en alto. Una de las ponentes señaló que
dicha marcha se puede cuestionar, entiendo que se refería a su civismo y al
hecho de que la hayan copado los cuadros políticos del Frente Amplio. Así
señaló que no hace mucho se encontraron los cuerpos de algunos miembros del
Partido Comunista (PCU), lo que indica que las heridas de la dictadura siguen
abiertas y que ante ello los frenteamplistas no han conseguido cerrarlas con
justicia y reparación a las víctimas. Incluso señalaron que Mujíca, en su momento,
fue a visitar a algunos torturadores con la cantinela de que era el “Presidente
de tod@s”. Explicó que el anarquismo en el país siempre ha tenido una línea
“popular”: entendiéndose por eso la idea de inserción en las luchas sociales,
no exclusivamente la promoción del “Poder Popular” que es más propio de una
expresión concreta, pero no única, del anarquismo en el país (la “federación
Anarquista uruguaya”).
Respecto a esta destacó el arduo
proceso para federarse (refiriéndose a la necesidad de estudiar los clásicos
libertarios y pasar una prueba) que contrapuso a las expresiones ácratas más
recientes (como “La Solidaria”, “Biblioteca Luce Fabbri” o el “Circulo
Anárquico de Villa Española”) de carácter más agitativo. Otro ponente realizó
una crítica del movimiento sindical denunciando el oficialismo de la línea
mayoritaria, representada por los comunistas, a la que se contraponen algunos
sindicatos como el de Artes Gráficas, del Taxi o de Médicos. Los ponentes
siguieron explicando que estas expresiones anarquistas de las que se sienten
parte, van mayoritariamente orientadas “a tensionar” y no tanto “a buscar
aliados en el sindicato”: entiendo que podrían referirse a la imposibilidad de
difundir una perspectiva insurreccional en un entorno más bien burocratizado o
reformista o quizás incluso a que la estrategia de fAu de inserción en los
sindicatos no es una prioridad para ell@s, enfocando su actividad hacia las
luchas vecinales y medioambientales.
También señaló, una de ellas, que
su actividad no iba tan orientada “a convencer” sino a agitar: lo que recuerda
la idea anarquista de la “propaganda por el hecho”, es decir, que las acciones,
muchas veces, hablan por sí solas y son instrumentos más eficaces de difusión
de las ideas que los panfletos y octavillas que, lamentablemente, se leen poco.
Respecto a los conflictos medioambientales, como la minería o la instalación de
una planta de celulosa de capital europeo, señalaron las contradicciones que
hay que manejar al encontrarse, a menudo, con la presencia en las asambleas de
terratenientes opuestos igualmente a estos proyectos. Así destacaron la
convocatoria de manifestaciones donde han coincidido desde un “Bloque Negro”
anarquista a sectores tradicionalistas criollos montados a caballo (estos han
estado históricamente representados por el ruralismo del “Partido Nacional” o
“Partido Blanco” opuesto al progresismo frenteamplista).
Comentaron también que la
multinacional finlandesa UPM, dedicada a la producción de celulosa, pretende
construir un tren para el transporte de mercancías que partiría Uruguay por la
mitad. En algunos barrios los vecinos se encontrarían con la Escuela de l@s
hij@s a un lado y su domicilio en otro. Se preguntó si en Europa quizás la
implantación de estas infraestructuras estaba más asimilada, aunque hay que
recordar la dura lucha de l@s vecin@s de Murcia por el soterramiento del AVE,
por ejemplo, que impuso un muro de metacrilato de cinco metros, dificultando
sobremanera el transitar de las personas. También quisieron destacar la
combatividad, en aumento, del movimiento estudiantil con ocupaciones de
secretarias de la autoridad educativa.
Respecto las estrategias
represivas, señalaron que hasta ahora (no se atrevió a aventurar que pasaría
con el nuevo gobierno de derecha neoliberal) no se habían enfocado en las
cargas policiales durante las marchas, sino en los días después con la
detención selectiva de activistas mientras circulaban por la calle. A esto ha
contribuido la figura del “tira”, figura que viene de la época de la Dictadura,
y que se trata del policía infiltrado en las manifestaciones. También se
puntualizó que el despliegue de unas 3000 cámaras de videovigilancia en
Montevideo ha contribuido al aumento del control social. Se habló igualmente
del resurgir de la extrema derecha, dirigida por un exmilitar destituido por el
frenteamplismo, que ha cosechado un 10% de los votos en las pasadas elecciones.
Ahora se proponen, en el marco de la derechista y gobernante “Coalición
Multicolor” encabezada por el “Partido Nacional”, reformar la Constitución para
legalizar los, hasta ahora prohibidos, allanamientos nocturnos.
Los ponentes insistieron en la
vocación social del anarquismo uruguayo, incluso de sus expresiones más
radicalizadas, así como la confluencia en las luchas con otras corrientes de la
izquierda revolucionaria y militantes “desenamorados” del marxismo clásico
(aunque excluyendo, como quiso dejar claro, al Partido Comunista). Quisieron
señalar también la fuerza que está agarrando el feminismo autónomo, en ciertas
movilizaciones, desplazando al más institucionalizado y, en relación a esto, la
presencia preponderante de las pibas en la lucha contra el extractivismo. Todo
esto en un contexto de una sociedad hoy en día muy polarizada políticamente,
donde el Frente Amplio ha perdido las elecciones por un escueto margen y donde
sus seguidores se están planteando volver a la calle. Como reto de los
anarquistas queda contribuir, creo, a que esto no sea algo simplemente
coyuntural y que se profundice en la lucha por más conquistas sociales con el
horizonte de la revolución libertaria.
En las intervenciones un
compañero comentó que los primeros textos contra el IIRSA (la “Iniciativa para
la Integración de la Región Sudamericana”: plan intergubernamental que
profundiza en el extractivismo y devastación de ecosistemas) salieron de
Montevideo. Otro compañero se congratuló, a la vez que se preguntó el motivo,
que las expresiones del anarquismo insurreccionalista uruguayo tuvieran ese
contenido social (más en la línea del pensamiento de Alfredo María Bonanno) y
no derivaran tanto hacia el nihilismo de algunos grupos como los,
originariamente mexicanos, “Individualistas Tendiendo a lo Salvaje (ITS)”:
personalmente, pienso que a nivel macrosocial puede tener que ver con la menor
implantación de las nefastas consecuencias psicológicas (atomización,
desconfianza…) del neoliberalismo capitalista en el país y sus subproductos
ideológicos consecuentes que, en el caso de ITS, se caracterizan (a mi modo de
verlo) por una escasa empatía por el sufrimiento ajeno.
En relación a esto, uno de los
compañeros ponentes señaló que un grupo de estas características no sería
comprendido en Uruguay, para mi debido a que, insisto, el país no ha padecido,
hasta ahora, un embate tan fuerte (en relación a otros países de la región) del
quiebre de los vínculos sociales y la solidaridad que produce la versión más
descarnada del capitalismo: un neoliberalismo del que fue alumna aventajada,
por ejemplo, la Dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Alma apátrida
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