Entrevista a Jamal, militante de la organización marxista marroquí Via Democrática, y algunos comentarios críticos al respecto

A fin de conocer en profundidad las posiciones políticas de uno de los principales grupos de lo que Laura Feliu, en su libro El Jardin Secreto: Los Defensores de los Derechos Humanos en Marruecos, llama el “Frente de Rechazo” (conglomerado de pequeñas organizaciones políticas y asociaciones vinculadas a la extrema-izquierda no cooptadas por el Régimen alauí) realicé esta entrevista el día 26 de mayo de 2019 a las 19:00 horas a uno de sus miembros, residente en Catalunya, en la localidad de Martorell (Barcelona).

1) ¿Cúal es el origen de la Vía Democrática?

El origen de la Vía Democrática podemos decir que es un seguimiento del movimiento marxista-leninista marroquí, de la organización Ilal Amam, “Endavant”,  que es una organización marxista-leninista que estaba trabajando en clandestino, una organización revolucionaria marxista-leninista, somos seguimiento de ese valor de lucha, del sacrificar-se…Pero a partir de la década de los noventa del siglo pasado hubieron unos cambios a nivel mundial y a nivel local y también regional.

A nivel mundial hubo la caída del Muro de Berlín y a nivel local el pueblo marroquí había conseguido algunos derechos y también el Régimen…tenía que echarse un poco atrás…para dar algunos derechos y era un agujero en el muro del Régimen político que debíamos aprovechar, había algo que se llamaba “los vientos democráticos” y había también una presión sobre el Régimen político marroquí en el tema de los Derechos Humanos…así con la lucha de la izquierda y de todas las fuerzas democráticas en Marruecos consiguieron algo y también el Régimen quiso demostrar una imagen democrática, una imagen para venderla, en este contexto…y también en 1994, si me acuerdo bien, había una Amnistía Real de los presos políticos, salieron todos de las cárceles y también volvieron los que estaban fuera y esos militantes de “Endavant” marroquí…Adelante…más muchos militantes que estaban en las organizaciones de las masas populares, en los sindicatos, en el movimiento también de los estudiantes, pues intentaron formar una organización que no es clandestina, así la primera declaración como organización fue en abril de 1995.

No hemos logrado trabajar como legales hasta el 2004, era el primer Congreso y la Vía Democrática es un seguimiento de “Endavant”, bueno, no es un seguimiento sino que es una forma de otras formas de seguimiento, porque hay otros de Ilal Amam que no están en la Vía Democrática, aún tienen las mismas ideas de antes, trabajan en clandestino…pero nosotros no hemos cambiado…pero…¿siempre hay que hacer auto-crítica, no?

2) ¿Por qué no participáis en las elecciones y el sistema político marroquí?

Bueno, no digamos que…el boicot a las elecciones es un principio…no digamos que nunca vamos a participar, nosotros podemos participar pero a condiciones, porque las instituciones políticas marroquíes que hay ahora creemos que no van a beneficiar nada y creemos que al revés si participamos el Régimen…vamos a hacer una decoración del Régimen o un maquillaje de que es democrático, de que hay elecciones y de que hay…y en el marco constitucional que hay ahora…porque no hay Democracia y la Constitución no es democrática y las competencias todas están entre las manos del Rey…

El Gobierno no puede hacer nada, el Gobierno en Marruecos también es una forma, es algo formal no es…si tienes un programa y llegas al Gobierno no puedes aplicar tu programa electoral porque hay un Gobierno que digamos está en la sombra, hay un gobierno, un gobierno formal para enseñarlo al mundo de que tenemos la Democracia, de que tenemos un gobierno elegido por el pueblo mediante elecciones pero en el fondo hay estos consejeros que aconsejan al Rey, que están alrededor del Rey, ese es el Gobierno que toma las decisiones y creemos también que aún no hay la independencia de la Justicia, también está en las manos del Régimen, el Consejo Alto creo que se llama de Justicia, el Presidente es el Rey y la mayoría de esos miembros están nombrados por el Rey también.

Y también la Institución Legislativa no tiene tantas competencias pues en esta estructura es difícil para que la Vía Democrática participe. También podemos añadir a eso que en las elecciones podemos participar cuando creamos que esta participación puede añadir algo a la lucha a favor de las clases bajas, las clases pobres. Bueno, en breve, es eso.

3) Teniendo en cuenta el peso de Justicia y Caridad como fuerza islamista opuesta al sistema ¿Cuál es vuestra relación con ellos?

Bueno, con ellos últimamente aceptamos que habrá una coordinación en el terreno, en la calle, cuando, por ejemplo, hay alguna protesta o algún movimiento popular si ellos vienen a la calle, si tienen las mismas reivindicaciones contra la corrupción, contra la Dictadura y por derechos sociales, derechos económicos del pueblo, bueno, podemos coordinar porque ahora concentramos en el enemigo, concentramos luchar en esa época, porque cada época tiene sus contradicciones en la lucha de clases. Pues ahora tenemos la mafia del Majzén, ese es el enemigo principal, tenemos que luchar contra esto y, pues, hay diferencias con esa gente del islamismo, el islam político se llama, porque ellos aún están contra el laicismo, nosotros queremos construir un Estado que separa entre Religión y Estado y no sé si van a desarrollar su idea porqué… En Túnez, por ejemplo, ahora hay ese partido, no sé cómo lo traduzco al castellano…

¿Ennahda?

Ennahda, si, se llama Ennahda…islamista bueno está coordinando con otros…pero antes era más fanatismo, más…pero cuando llega la hora de hacer algo pues tienes que adaptarte a la realidad y, bueno, pues eso… no hay nada más que una coordinación en la calle, en el terreno pero alianza política no puedes hacerla, de momento, con ellos pero la hacemos con fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda.

4) ¿Cómo os definís ideológicamente? ¿Han cambiado vuestras ideas después del fin de la Guerra Fría y caída del Bloque Socialista?

Bueno ideológicamente, como he dicho antes, somos seguimiento…si vamos a leer lo que hay en nuestros documentos de los Congresos definimos como partido marxista pero es un seguimiento, como he dicho antes, del movimiento marxista-leninista marroquí y sobretodo “Endavant”, el Ilal amam, “Adelante” ¿Y después de la caída del Muro? Bueno Ilal Amam siempre constantemente estaba haciendo crítica, auto-crítica, porque esa autocrítica la hacen los revolucionarios ¿no? Y bueno, los documentos de Ilal Amam de los años setenta y los ochenta no son algo santo como Corán o la Biblia (risas) pero después de la Caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética había muchos izquierdistas que han dejado, han abandonado el marxismo y se convirtieron en socialdemócratas o liberales en el contexto de ese libro de Fukuyama de…el “fin de la historia” y habían muchos izquierdistas después de la caída del Muro que estaban engañados de algún margen democrático que había en Marruecos a partir de los años noventa…

Nosotros seguimos como marxistas, no hemos abandonado el marxismo y en los años de los noventa cuando el Régimen estaba volviéndose un poco atrás para dar un poco de margen a la democracia, la Vía Democrática ha declarado que eso es una táctica del Régimen para ganar tiempo…porque era una crisis muy grave en Marruecos a todos los niveles: político, económico, social…pues el Régimen intentaba atraer a los socialdemócratas para que participarán en el Gobierno y luego los ha echado a ellos, los ha dividido también, están divididos y ahora el Régimen se ha vuelto a hacer fuerte y a atacar otra vez…pues después de la caída del Muro, seguimos como marxistas quería decir…

5) ¿Cómo veis el encaje del laicismo de izquierda que pregonáis en una sociedad como la marroquí con un peso importante de la religión?

Bueno, la Vía Democrática como organización política, que tiene ambición de construir una organización de la clase obrera y todos los explotados y los pobres y los marginados creemos que la religión forma parte de la entidad marroquí, no podemos negarlo porque es lo que hay en la realidad, pues nosotros creemos a la libertad de creencia pero al mismo tiempo somos laicistas…la gente que no cree que no crea y el que quiera creer que crea…y ahora la religión, el Islam en Marruecos podemos decir que hay el Islam del Estado, porque lo usa también para sus intereses políticos, y nosotros intentamos luchar contra eso, contra el uso del Régimen en la política…

Y hay también el gobierno actual como se llama…la Justicia y Desarrollo…también es islamista pero ahora se ha convertido en un partido islamista del Régimen, está al lado del Régimen, y quedan estos de Justicia y Caridad que están en la oposición,  tampoco participan en las instituciones y el problema que tenemos, que podemos tener con ellos es la separación entre el Estado y la Religión pero nosotros no estamos contra la religión porque es…el Islam es la religión del pueblo pero ¿Qué Islam queremos? Estamos de acuerdo con algunos, con muchos valores que están en el Islam…por ejemplo, la justicia…cuando te dice, por ejemplo, el Corán te dice no tienes que robar, tienes que aplicar la justicia, esos valores son buenos pero usar la religión en la política estamos contra eso. A ver si me explico…

6) ¿Qué posición teneis respecto a la autodeterminación del Sáhara? ¿Y del Rif?

Bueno, sobre el Sáhara creo que el único partido político que está legal en Marruecos que adopta esta postura de autodeterminación del pueblo saharaui es la Vía Democrática…en el Rif antes el Ilal Amam tenía una propuesta y aún seguimos con la misma, más o menos, el federalismo, por ejemplo, o las regiones, las regiones tienen que tener la máxima posibilidad de competencia para poder llegar hasta la autonomía ¿Por qué no? Esa es nuestra postura y en el tema del Sáhara la Vía Democrática para evitar la guerra, porque la guerra no va a beneficiar nada, está en contra de los pueblos, puede darse una solución que sea el resultado de negociación entre los saharauis y Marruecos.

7) ¿Cuáles son vuestras relaciones internacionales y como veis el internacionalismo hoy en día?

Bueno, la Vía Democrática en su programa, en sus debates hablamos de la lucha a nivel internacional y también la coordinación entre las fuerzas de la izquierda, todas las fuerzas que están contra el capitalismo, hay que hacer eso, y tenemos relaciones con varias organizaciones de izquierda en América Latina aquí en Europa, en Túnez, también la Vía Democrática, de vez en cuando, organiza unas conferencias de partidos de izquierda marxista y de izquierda también para reflexionar sobre la lucha a nivel internacional y también la Vía Democrática ha sido invitada varias veces y otros partidos políticos a nivel internacional. De momento vemos que a nivel internacional los luchadores contra el capitalismo están aún…no están organizados, no coordinan bien y falta mucho trabajo para construir una organización internacionalista a nivel mundial.

8) ¿Quieres añadir alguna cosa, algo que yo no te haya planteado o que quieras añadir tú?

Bueno, lo que puedo añadir es que la Vía Democrática aún que está legalizada, trabaja a nivel legal, últimamente el Régimen político marroquí intenta impedir el trabajo de la Vía Democrática. El mejor ejemplo en el marzo, en el marzo pasado, la juventud de la Vía Democrática organizaron el Quinto Congreso y no pudieron hacerlo en una plaza pública del Ayuntamiento tuvieron que hacerlo en una sede como este…una sede de la Vía Democrática y también hay muchas secciones, ramas locales, a nivel local en las ciudades que cuando renuevan la sección, como se llama…la Junta…cuando la renuevan tienen que hacer cosas legales, tienen que ir a la administración que tenga competencia para tramitar y luego tienen que coger el recibo de eso.

Pues las autoridades locales, no quieren, a veces no quieren recibir este trámite y, a veces, no quieren dar el recibo. El Régimen político intenta impedir a la Vía Democrática su funcionamiento, igual que a todos los que luchan por la democracia…y tengo que añadir una cosa, no la he dicho antes, se trata de la primera pregunta, como nos definimos ideológicamente…pues la Vía Democrática lucha para una sociedad socialista y tiene ambición de reunir a la clase obrera y a todos los pobres y a las clases bajas pero, bueno, diferenciamos entre la lucha de esta época y la lucha de nivel estratégico. Ahora digamos que estamos en la época de luchar para conseguir la liberación nacional, porque aún estamos en la fase de la liberación nacional y la construcción de la democracia.

La liberación nacional…porque aún estamos bajo mandato de un Régimen político que está mandado por afuera…Francia, Estados Unidos…el imperialismo y también el Fondo Monetario Internacional…digamos que trabajamos por la liberación nacional y construir una economía nacional, sin explotación de afuera, del imperialismo, y la construcción de la democracia y después podremos pasar al socialismo…

...Te quería hacer una pregunta en relación a esto…Entonces, como consideráis que la primera etapa es luchar por una democracia, estáis por la alianza con otras clases sociales como, por ejemplo, algún tipo de pequeña burguesía o burguesía patriótica para construir una democracia como paso previo al socialismo?

Sí, hay una izquierda en Marruecos, unas organizaciones de izquierda que no son marxistas, han renunciado al marxismo…pero hay cosas comunes en esta época…podemos…hay muchos puntos que ellos luchan por ellos y nosotros también. Esa es la democracia, pero aún no hay una alianza, una unidad entre los de izquierda…

Comentarios críticos

1) Como nos indica Jamal, y nos detalla Laura Feliu en el apartado sobre los “años de plomo” marroquíes del libro citado, la Via Democrática tiene sus orígenes en el grupo Ilal Amam (Adelante) proveniente, a su vez, de una escisión del comunista Partido de la Liberación y el Socialismo (PLS). Laura Feliu afirma que las divergencias se producen al defender Ilal Amam una “República de Consejos Populares” en oposición a la democracia parlamentaria defendida por el PLS. Aun así la autora no contextualiza este fenómeno dentro de las luchas ideológicas mantenidas en el interior del movimiento comunista internacional: Ilal Amam adscribe a los planteamientos maoístas que criticaban el carácter burocrático de la Unión Soviética y sus partidos satélites a los que acusaban de abandonar la vía revolucionaria.

Esta crítica resultaba pertinente para el contexto alauí pues el PLS, a fin de poder actuar legalmente, había aceptado la legitimidad de la Monarquía de Hasan II y al Islam como religión oficial del Estado. En todo el Tercer Mundo, en un proceso que venía de los sesenta y que tenía uno de sus principales focos en Latinoamérica, se estaba fraguando una ruptura entre los planteamientos guevaristas y maoístas (de corte insurreccional) y la política de los Partidos Comunistas oficiales (de corte parlamentario y gradualista). Incluso en España tuvimos una reproducción similar de este fenómeno con el pragmatismo del PCE de Santiago Carrillo, que aceptó a Juan Carlos I como sucesor de Franco, por un lado, y la actividad armada de los GRAPO vinculados ideológica y politicamente, y orgánicamente siempre según las autoridades, a los maoístas del PCE (reconstituido). Laura Feliu también nos habla, para los setenta, del grupo Servir al Pueblo (Linajdum ach-Chaab) que defendía la vía armada para conseguir la revolución proletaria.[1]

De todas maneras, esta lucha de líneas en el campo marxista-leninista internacional empieza a perder fuelle, y parte de su sentido original, con las reformas de Den Xiaoping a partir de 1978, la caída del Muro de Berlín en 1989 y de la Unión Soviética dos años después. Jamal hace referencia a la expresión “los vientos democráticos” para describir la sensación, si era real o solo un espejismo es otro tema, que se vivía por aquel entonces en Marruecos. Este concepto recuerda a la “teoría de las olas de democratización” del politólogo estadounidense Samuel Huntington: concretamente se situaría en la tercera, que empezaría con la portuguesa “Revolución de los Claveles” de 1974, pasando por el Mediterráneo, América Latina y Asia Oriental, para llegar a Europa del Este a finales de los ochenta y principios de los noventa.

Por aquel entonces en Marruecos, Hassan II estaba preocupado porque su participación en la Guerra del Golfo (básicamente con 1.200 soldados cuya principal misión era proteger Arabia Saudí) había hecho crecer la impopularidad de un Régimen que Estados Unidos ya no parecía tan interesado en sustentar en el nuevo contexto de fin de la Guerra Fría. A esto se añadió la huelga de los sindicatos, en diciembre de 1990, para exigir aumentos salariales, en las pensiones y mejores servicios sociales. En las movilizaciones se produjeron disturbios que escaparon al control de los convocantes. En este contexto, y para preparar su sucesión en la figura de su hijo Sidi Mohamed, prepara un plan de reformas y promulga una nueva Constitución en 1992 que daba mayor poder al Parlamento y empezaba a preocuparse por el tema de los Derechos Humanos.

Jamal nos indica que esta pequeña grieta, abierta en la llamada “Década Reformista” (1990-1999) en la que se liberó a varios presos políticos para intentar mostrar al exterior la figura de un Rey magnánimo, fue aprovechada por los antiguos militantes de Ilal Amam para legalizarse y convertirse en la Via Democrática. Aun así Jamal es honesto al señalarnos que no todos los antiguos miembros de la organización estuvieron de acuerdo con el proceso: algunos siguieron como Ilal Amam con las mismas prácticas clandestinas y, es de suponer, criticando a sus antiguos camaradas. Seguramente por eso Jamal señala que “no hemos cambiado”, como posible respuesta a estas críticas, a lo que añade la necesidad de hacer autocrítica para adaptar la estrategia política a los diferentes contextos en Marruecos (aunque no tan diferentes según los que siguen como Ilal Amam).

2) Jamal deja claro que el rechazo a participar en las elecciones no se inscribe en una postura ideológicamente anarquista sino que responde a la falta de garantías democráticas reales sumado al clásico tacticismo leninista (sólo hay que participar si sirve de altavoz de las luchas populares). Según Abdallah Saaf, profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la Universidad Mohamed V de Rabat, el sistema y proceso electoral marroquí se caracteriza por su poca competitividad (falta de transparencia, fraude, falseamiento y manipulación) añadiendo que incluso este aspecto tiene más que ver con la actitud de ciertas élites para intentar seducir al poder estatal, antes que a sus potenciales votantes, y convencerle de sus aptitudes para servirle.

Jamal nos indica como las instituciones políticas marroquíes no son más que un decorado de cartón piedra pues existe una dualidad de poderes en la cual el Rey y sus consejeros representan el polo de poder efectivo, que actúa tras bambalinas, y aquellas escogidas en las urnas tienen unas funciones limitadas y supeditadas al primero. De igual manera, Abdallah Saaf nos explica las amplias prerrogativas reales, totalmente incoherentes con la imagen democrática que se quiere dar en el exterior: el Rey puede cesar al Primer Ministro y al resto en cualquier momento además de presidir su Consejo, puede disolver la Cámara de Representantes además de poder ejercer, por unos meses, el Poder Legislativo, tiene asimismo amplias facultades para nombrar cargos civiles y militares etc.

Por otra parte, la participación en las pasadas elecciones parlamentarias de 2016 fue solo del 43%, unos dos puntos por debajo de las anteriores, y hay que recordar que las tesis de V.I. Lenin (de las que bebe la Vía Democrática) señalan que la participación en elecciones debe darse no por convencimiento ideológico (sus tesis son contrarias al parlamentarismo burgués) sino tácticamente dentro de un escenario en que la clase obrera vea necesario su participación y el partido, en consecuencia, la asuma para no aislarse de las masas. No parece ser el caso de Marruecos pues, como señala Yolanda Aixelà para las elecciones de 2007 con una participación del 37%, la pregunta que se formulaba buena parte de la población era ¿Para qué vamos a ir a votar? que expresa la poca confianza en el poder de su sufragio.

En este contexto, entonces, las posturas de la Vía Democrática parecen ser politizar este escepticismo electoral para convertirlo en una fuerza militante de oposición al sistema ante el convencimiento de que su participación solo serviría para legitimar unas instituciones sin ningún poder efectivo.

3) Una de las cuestiones que más me interesaba plantear es la relación de las organizaciones izquierdistas del “Frente de rechazo”, o como mínimo de la Vía Democrática, con el movimiento islamista. Aquí hay que diferenciar, como hace el politólogo Mohamed Tozy, entre lo que sería el “islamismo del sistema” del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) y el “islamismo de oposición” de la organización “Justicia y Caridad”[2] (Al-Adl wa al-Ihsan). El origen de la primera corriente se encuentra en el grupo Reforma y Renovación (Al-Islah wa-t-Tashdid), fundado en 1982, con un perfil moderado y con voluntad, desde un inicio, de insertarse en la política institucional. Si bien esta estrategia no ha sido fácil por provenir la mayor parte de sus dirigentes del primer grupo islamista marroquí: el Movimiento de la Juventud Islámica (Al-Shabiba al-Islamiya) de carácter anticomunista y que fue acusado, en su momento, del asesinato del dirigente socialista Omar Benyelún.

En cuanto al origen de la segunda se encuentra vinculada, desde un inicio, a la figura carismática del jeque Abdessalam Yasin, el cual había escrito una epístola al Rey, titulada El islam o el diluvio (Al-islam Aw at-tufan), reproducida en 1974 y que tuvo muy buena acogida en varios sectores intelectuales. Era uno de estos líderes religiosos que desafiaba el poder de los ulemas (clérigos oficiales) y cuestionaba la figura del Monarca como “Comendador de los Creyentes”. Su oposición al status quo le llevó a ser detenido y encarcelado, en 1983, y liberado dos años después. Fundó la revista Al-Yamaa que destacó por su eclecticismo teórico y su voluntad de polemizar con las corrientes izquierdistas. En 1987, y después de algunos intentos fallidos de organización, funda la asociación Usra Al-Adl wa-l-Ihsan que es el antecedente más inmediato del grupo islamista que, hoy en día, tiene más miembros y capacidad de movilización en Marruecos.

Es evidente que con quien habla Jamal de coordinar en la calle es con el segundo grupo. Su postura pragmática me recuerda más a la tendencia a considerar como “mal menor” a los Hermanos Musulmanes egipcios por parte de los trotskistas “Socialistas Revolucionarios” que a la definición como “fascistas” de la formación islamista por parte del oficial Partido Comunista Egipcio y su contemporización con los militares (al menos al principio). Recordemos que la Vía Democrática proviene de una escisión maoísta del comunismo oficial marroquí y, por lo tanto, sus posturas están a la izquierda de este[3]. Este hecho hace que el grupo priorice la lucha contra el Majzén que la crítica a los islamistas.

En esta pregunta, Jamal nombra por primera vez este término pero ¿A qué se refiere? Laura Feliu nos explica que es un término árabe que, en su origen, hacía referencia al cofre en el que los sultanes marroquís guardaban el tesoro que se usaba para controlar territorio y población. Posteriormente se fue ampliando al conjunto de empleados reales pagados con él (visires, soldados, funcionarios etc.). Actualmente tienes tres dimensiones según Feliu: una amplia que agruparía todos los integrantes del Estado (monarquía, gobierno, ejército y burocracia administrativa) y que se podría ampliar también a aquella parte de la “sociedad civil” cooptada por este aparato (ulemas, cofradías y asociaciones de distinto tipo), una segunda haría referencia a un estilo de gobierno caracterizado por el autoritarismo y la represión y, finalmente, una tercera que hace referencia a algo oculto y atávico de características, casi, sobrenaturales y que trasciende la apariencia formal del poder.

Personalmente no me convencen las definiciones que sobre el Majzén utiliza Laura Feliu, sobre todo cuando intento relacionarlas con la idea que sobre él interpreto que hace Jamal, más bien me parece similar al término “casta política” que fue la principal bandera populista en los momentos iniciales de Podemos en España. Y, ojo, cuando digo “populista” no me refiero a la noción comúnmente peyorativa del concepto sino al sentido de movimiento disruptivo con el statu quo que le daba el filósofo postmarxista argentino, y simpatizante de la izquierda peronista, Ernesto Laclau. Esta idea, conceptualizada, quizás paradójicamente, por intelectuales fascistas como Gaetano Mosca o Wilfredo Pareto, hace referencia a una clase dirigente, solidaria entre sí y poco numerosa, que monopoliza el poder y disfruta de sus ventajas.

Se trata de una idea sencilla el combate contra la cual puede unir a una pluralidad de actores sociales más allá de los habituales simpatizantes de la izquierda revolucionaria. La estrategia interclasista, bajo el cuestionamiento de que de una determinada posición en la estructura social no se deriva necesariamente un posicionamiento político, forma parte del “momento populista” como dice Laclau. Así que el uso político del término Majzén por parte de la Vía Democrática puede responder a una estrategia por etapas que no busca la construcción del socialismo inmediatamente (sino manifestarían, creo, un discurso centrado en el anticapitalismo) y articula un discurso populista también ligado a la tradicional política comunista de buscar ampliar el “campo de alianzas” de la clase trabajadora a los sectores medios o incluso a parte de la burguesía.

Finalmente cabe señalar la mención de Jamal a Ennahda (el Renacimiento) como ejemplo de lo que podrían hacer sus correligionarios marroquíes. Efectivamente, los analistas acostumbran a situar esta formación política tunecina como ejemplo del viraje de posiciones radicales (o fanatismo como nos dice el entrevistado) a las de “democracia islámica”. Este proceso hay que entenderlo en el marco de, lo que llama el jurista francés Jean-Philippe Bras, la capacidad histórica del país para “tunicificar” (es decir, adaptar a la tradición reformista y laica autóctona) las más variadas influencias ideológicas externas. Jamal espera que el islamismo marroquí tenga una evolución similar, si bien la historia de ambos países tiene diferencias importantes, pues mientras en Túnez el movimiento independentista de Habib Bourguiba derrocó enseguida a la efímera monarquía, en Marruecos esta acabó cooptando al llamado “Movimiento Nacional” al ser una institución más poderosa, históricamente arraigada y monopolizadora del hecho religioso.

4) Aquí hay dos cuestiones a señalar: una de ellas me sorprendió, y necesité una aclaración posterior, pues si bien en la información que se puede encontrar en la red el partido sigue apareciendo como “marxista-leninista” Jamal insiste en la definición de “marxista” a secas y comenta que a raíz del último Congreso su doctrina se ha ampliado a otros referentes del marxismo revolucionario no leninistas como Rosa Luxemburgo. El abandono del “leninismo” no es un tema menor: algunas de las principales tesis de V.I. Lenin hacen referencia a la irreversibilidad del socialismo y el carácter coyuntural de la participación en las instituciones de la “democracia burguesa” o a la necesidad de transformar la “guerra imperialista” entre países a la “guerra revolucionaria” dentro de estos.

Estas dos tesis fueron criticadas por Santiago Carrillo en los convulsos tiempos de la Transición Española en su polémico libro Eurocomunismo y Estado con los argumentos de que se podían usar los métodos parlamentarios para llegar a un socialismo que también podía tener momentos de avance y retroceso o que el desarrollo de los medios de destrucción (la bomba atómica) hacían inviable la segunda tesis del dirigente de la Revolución Rusa de 1917. Desconozco si las nuevas orientaciones ideológicas de la Vía Democrática, siempre según Jamal, irían en esta línea de “desviación derechista” (como dirían los ortodoxos del marxismo-leninismo aunque no sólo) ya que a su vez, dependiendo de quien haga el análisis, se considera el pensamiento político de Rosa Luxemburgo a la derecha del de V.I. Lenin (acusándola de que sus “críticas democráticas” estarían en realidad a caballo entre el marxismo y la socialdemocracia) o a la izquierda de este (acentuando que sus posturas espontaneístas estarían cerca del anarquismo).

La segunda a señalar, al margen de que ya hemos hablado del efecto matizado de la “Tercera Ola Democrática” en Marruecos, es la que hace referencia a la división de la socialdemocracia marroquí. Efectivamente, Laura Feliu nos habla de la escisión en la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) a raíz de la convocatoria de elecciones municipales en 1983. En esta cita electoral los miembros de la llamada Comisión Administrativa Nacional (CAN), ala radical del partido, deciden que no se dan las condiciones para presentarse debido a la situación represiva (presos sindicalistas y cierre de órganos de prensa vinculados a la formación) y la USFP decide reunirse para decidir la participación sin contar con ellos. Al presentarse estos en la sede son detenidos por la policía y encarcelados. Este conflicto da lugar al nacimiento de otra formación política llamada Unión Socialista de Fuerzas Populares-Comisión Administrativa Nacional (USFP-CAN) que posteriormente adquirirá el nombre del Partido de la Avanguardia Democrática y Social (PADS) engrosando las filas de oposición al sistema[4].

5) Respecto a esto considero que la respuesta de Jamal es un laicismo matizado. Hay un reconocimiento expreso y mención específica del papel social del Islam en Marruecos. Incluso llega a reivindicar, primero “algunos” para luego inmediatamente decir “muchos”, valores presentes en esta religión. Hay una tensión clara entre su voluntad de definirse laico, por una parte, y la necesidad de conectar con las masas empobrecidas de su país. La secuencia de la frase parece indicar que, en última instancia, priorizaría lo segundo: aun así Mohamed Tozy también nos habla de cierto oportunismo de la izquierda respecto al uso del Islam básicamente para evitar la represión pues la ilegalización de algunas formaciones se justificó, en su momento, por ser contrarias a él. Como ejemplo de esta suerte de hibridación ideológica, pero esta vez en el campo de la socialdemocracia, tenemos la figura de Mohamed al-Jabri de la USFP que opone el racionalismo islámico de Averroes al sufismo místico de Avicena. Esta oposición le sirve para construir unas bases sui generis de un socialismo autóctono opuesto igualmente al islamismo.

6) Efectivamente, Ilal Amam siempre usó como seña de identidad ser el único grupo que tenía una posición clara de apoyo a la autodeterminación del pueblo saharaui. En una entrevista de 2009 a Aboubakr Khamlichi, antiguo militante de Ilal Amam y actualmente en la Via Democrática, nos indica que el grupo viene apoyando esta autodeterminación desde 1972, es decir, antes de la fundación del Frente Polisario y antes de que el Estado empezara el proceso de marroquinización del Sáhara. Respecto a lo manifestado por Jamal (en conversaciones posteriores) y Khamlichi parece ser que actualmente entre la población marroquí se está perdiendo cada vez más el nacionalismo duro, respecto a esta cuestión y que fue promovido por la propaganda oficial en los setenta, y las posturas oscilan desde una mayoritaria indiferencia hasta algunas personas que están empezando a apoyar la autodeterminación. Respecto al Rif se defiende el federalismo y hay que señalar también la participación de sus militantes en las últimas protestas registradas en la zona.

7) No me queda claro, en este punto, cuáles son sus alianzas internacionales. Tampoco si priorizan la unidad con fuerzas anticapitalistas o simplemente progresistas. Según algunas webs pertenecerían a la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas (Unidad y Lucha) que reivindica el legado del comunismo albanés de Enver Hoxha. Estaríamos hablando del marxismo-leninismo más ortodoxo que existe, pues este dirigente acabo aislándose rompiendo con la Unión Soviética y la China Popular acusándoles de traicionar el legado de Iósif Stalin, lo que no coincide con la heterodoxia manifestada por Jamal al reivindicar a figuras como Rosa Luxemburgo.

8) En este punto queda clara su concepción gradualista. No consideran que el socialismo sea una apuesta estratégica en esta fase histórica. Jamal nos habla de “Liberación Nacional”. Hay que tener en cuenta que esta idea, que les separaría del  antinacionalismo y obrerismo estricto luxemburguista, promueve (en el caso del marxismo-leninismo) un “Frente Patriótico”, dirigido por los que se consideran “vanguardia de la clase obrera”, que incluya a la pequeña burguesía progresista e incluso a la “burguesía nacional o patriótica” (este término hace referencia a aquella cuyas actividades van orientadas preferentemente a la creación de un mercado interno) en oposición a la “lumpenburguesía” (aquella ligada a las actividades que refuerzan la dependencia económica del exterior como la exportadora de materias primas o la comercial-importadora).

Todo ello para crear las bases de un “capitalismo nacional” que construya las bases de una vía marroquí al socialismo. La pregunta es ¿Es esto posible en Marruecos? El sector más importante de la economía son los servicios, con un poco más del 50%, donde hay un importante peso del turismo, sector enormemente dependiente del exterior y con alta participación extranjera, después viene la industria con un 30% aproximadamente, centrada en el proceso de “deslocalización” (empresas matriz de países desarrollados que producen a bajo coste en la periferia para que sus productos sean consumidos preferentemente en el lugar de origen por su mayor capacidad de consumo). Y finalmente la agricultura con un 17% donde hay un peso importante de la producción de hachís pues Marruecos produce el 70% del que se consume en Europa.

¿Dónde está la burguesía patriótica en este contexto? ¿Quizás en sectores de la llamada “burguesía verde”[5] favorecida por los procesos de privatización de empresas estatales? Jamal parece indicar, respecto a la última apreciación hecha por mí, que podría haber sectores de la pequeña burguesía progresistas en estas organizaciones de izquierda no directamente marxistas con las que hay que unirse según la Vía Democrática. Pero aquí cabe analizar si el crecimiento económico ha llevado realmente a consolidar una clase media urbana, como dicen los voceros entusiastas del neoliberalismo, o ha hecho crecer las inequidades sociales producto de la acumulación capitalista. Desarrollo económico y desigualdad entre clases acostumbran a ir de la mano por mucho que se reduzca la pobreza en términos absolutos.

Si es esto cierto ¿Qué sentido tiene posponer para un futuro impreciso el objetivo del socialismo para contentar a sectores sociales poco relevantes cuantitativamente (“burguesía patriótica” y “pequeña burguesía progresista”) respecto a la gran masa trabajadora y empobrecida? Es esta la principal crítica histórica de los sectores a la izquierda del marxismo-leninismo (anarquismo, luxemburguismo, trotskismo) y su política de Frentes Populares o Patrióticos. En países con una gran concentración de poder económico y político en pocas manos, como es el caso de Marruecos, esta pregunta se vuelve aún más pertinente ya que la urgencia de voltear un sistema que muestra aquí la mayor de las crudezas se vuelve más urgente y necesaria que en los países desarrollados del norte.

Conclusiones

Para finalizar quiero volver sobre dos aspectos: el primero, las contradicciones entre la ideología izquierdista y la que parece imperiosa necesidad de aceptar el hecho religioso islámico que, a mi entender, va más allá del laicismo al que los occidentales europeos estamos acostumbrados (aunque, con matices, ya que la misma Constitución Española también reconoce a la Iglesia Católica). Gema Martín Muñoz, socióloga y arabista madrileña, nos explica una diferencia histórica fundamental entre Occidente y el Islam: el origen del cristianismo se da en un contexto de pre-existencia de las instituciones políticas del Imperio Romano, lo que nos ha permitido concebir dos espacios diferenciados, el del poder terrenal y el del espiritual. En el caso del Islam, es distinto pues es el movimiento religioso el que se ve forzado a convertirse en político a partir de la Hégira del 622 E.C. cuando el Profeta Mahoma huye a Yatrib (posteriormente Medina) expulsado de la Meca por la oligarquía local.

A partir de entonces se convierte en un movimiento político-religioso y Mahoma en Jefe de una Comuna-Estado. Esta herencia, con altibajos, llega hasta la actualidad y hace cuanto menos difícil plantear un laicismo de corte occidental en el mundo árabe islámico. Por otra parte, me queda una última reflexión respecto al etapismo que defiende la Vía Democrática, sin conocer a fondo la sociedad marroquí considero que también se relaciona con el carácter político de la organización y la importancia que parece dar a las alianzas políticas. Es decir, me da la sensación que puede tender a priorizar alianzas con organizaciones partidarias que, a nivel social, no deben ser tan relevantes. Esto puede tener la consecuencia de enajenarles apoyos por abajo ante alianzas que se fraguan por arriba.

Como señala Jamal el movimiento islamista “Justicia y Caridad” tiene una influencia muy importante entre las capas empobrecidas de Marruecos. Jamal espera que tengan una evolución similar a la de los tunecinos de Ennahda. Personalmente considero que es un error: la dicotomía entre radicales y moderados en el Islam político está viciada y es falsa a mi modesto entender. No hay ningún problema en ser radical, lo problemático es ser reaccionario. Si la Vía Democrática prioriza el trabajo con sus bases podría dar lugar a replanteamientos, desprendimientos y posteriores confluencias con un tipo de islamismo revolucionario como el defendido, en su momento, por el sociólogo iraní Ali Shariati o actualmente por el intelectual egipcio Hasan Hanafi. Pretender esto siempre será más realista que pedir moderación en abstracto en un contexto social nada proclive a ello.

                                                                                                                                          Alma apátrida

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[1] Aun adscribiendo los dos al maoísmo (Ilal Amam y Linajdum ach-Chaab) bien podría ser igualmente que mantuvieran diferencias en cuanto a la oportunidad de seguir esta vía, de igual manera que las mantuvieron el Partido Comunista del Perú-Patria Roja y el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso a partir de los setenta respectivamente.

[2] También traducido por “Justicia y Espiritualidad”.

[3] Recordar también que este izquierdismo era definido despectivamente como “maofascismo” por parte de los comunistas oficiales prosoviéticos.

[4] Según Jamal en las últimas elecciones si se han presentado lo que indicaría, de ser cierto, la capacidad del Régimen para cooptar incluso a algunas de las organizaciones del “Frente de Rechazo”.

[5] Este término se utiliza para hacer referencia a los sectores capitalistas emergentes vinculados a las formaciones políticas islamistas pues el verde es el color del Islam.

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