Reflexiones anarco-marxistas sobre el “Poder Dual”: Rusia, Argentina, Chile y España

1) La teoría leninista del “Poder Dual”: una crítica gramsciana y bakuninista

Decía V.I. Lenin en su artículo “La dualidad de poderes” (1917) respecto al proceso revolucionario ruso en marcha y la emergencia de una nueva institucionalidad proletaria:

“¿En qué consiste la dualidad de poderes? En que, junto al Gobierno Provisional, junto al gobierno de la burguesía, se ha formado otro gobierno, débil aún, embrionario, pero existente sin duda alguna y en vías de desarrollo: los Soviets de diputados obreros y soldados (…) La fuente del Poder no está en una ley, previamente discutida y aprobada por el Parlamento, sino en la iniciativa directa de las masas populares desde abajo y en cada lugar, en la «toma» directa del Poder, para emplear un término en boga”.

Es decir, V.I. Lenin, estaba afirmando, entonces, que, paralelamente, a las instituciones de la burguesía, del Gobierno Provisional de Kerenski, estaba surgiendo una institucionalidad proletaria (los “Soviets”) que, aún así, debido a su “estado embrionario” por su “insuficiente grado de consciencia” estaba cediendo, continuamente, sus posiciones frente a la burguesía y conformándose en ser su apéndice social y político. Y para V.I. Lenin, esta situación, solo podía superarse importando la conciencia revolucionaria “desde fuera” de unas filas proletarias que, por sí mismas, solo podían defender el “practicismo mezquino” del reformismo tradeunionista (esta posición es la que se defiende ya en el “¿Qué hacer?” de 1902 si bien, para algunos, no está claro si se refería a “desde fuera de la clase” o a “desde fuera de la lucha de clases” que adquiría, en aquella época, un carácter, exclusivamente, económico).

Para el filósofo marxista argentino Oscar del Barco, que representaría más bien la primera postura, en su obra “Esbozo de una crítica a la teoría y práctica leninistas” (1980) esta posición seria una herencia ideológica de los populistas rusos cuya visión política, a partir de 1870 en adelante, esta cargada de pesimismo debido a que la “acción heroica y sacrificada” del “héroe populista”, mediante el atentado terrorista contra las autoridades zaristas, no parecía haber obtenido ningún resultado político. Es decir, al fracaso de las armas populistas, en galvanizar al pueblo, siguió el “arma” de la teoría revolucionaria de Lenin. Ahora bien ¿Acaso no era esta postura una continuación misma del pesimismo de los populistas? ¿No fue la teoría leninista, en primer lugar, una forma de conquistar a las masas, por otros medios diferentes de la dinamita, antes que una crítica despiadada del orden zarista existente? ¿No dedica Lenin en el “¿Qué hacer?” de 1902 más esfuerzos en criticar a los reformistas “economicistas” de su mismo partido que a otra cosa?

Oscar del Barco, después de su expulsión del Partido Comunista Argentino (PCA), en 1963, estuvo entre los fundadores de la revista “Pasado y Presente” de tendencia ideológica marxista-gramsciana pero fundido con la experiencia histórica concreta de la Argentina:

“Así, el Gramsci que aparecía vigoroso en esa primera etapa de la revista y el grupo fue el Gramsci de la cuestión nacional-popular, un Gramsci que les permitía pensar la trágica separación entre el pensamiento y la práctica de las clases subalternas en la sociedad argentina y el pensamiento socialista (…)”.

Con este enfoque, no es de extrañar la crítica de Oscar del Barco a V.I. Lenin, por su menosprecio político del campesinado, pues es una forma de conectar, a través de la historia de otras latitudes, con el análisis del sociólogo positivista argentino Gino Germani, de las bases peronistas como activistas “ya no campesinos, todavía no obreros”, romper con la ortodoxia ideológica del PCA y estar en condiciones de poder intervenir, activamente, en el movimiento obrero cordobés, fusionado con el estudiantil a partir del asesinato de Santiago Pampillón (estudiante y obrero de la IKA-Renault) en el año 1966 durante la dictadura militar de Onganía: régimen que, en un inicio, tuvo el apoyo del propio Perón y de la cúpula sindical pero que también vio emerger un desprendimiento “antiimperialista” por la base.

Volviendo a la crítica de la teoría del “Poder Dual” de V.I. Lenin, la experiencia gramsciana argentina de “Pasado y Presente” nos muestra, entonces, un intento de construir la teoría revolucionaria del proletariado, no des de un conocimiento “desde fuera” (como defendía el Partido Comunista Argentino) sino a partir de una evolución de la misma cosmovisión nacional-popular y antiimperialista de los obreros cordobeses (que era, no olvidemos, un desprendimiento del peronismo oficial). Una noción similar, a la idea de “desarrollar los mismos gérmenes de socialismo que anidan en el pueblo” de Ernesto Che Guevara o la de “línea de masas” maoísta que afirma (al menos en el plano de la pura teoría) que el pensamiento revolucionario debe ser una elaboración creativa a partir de las mismas ideas populares, filtradas ideológicamente y devueltas a las masas en un proceso dialéctico.

Repito que (al menos des del plano de la estricta elaboración teórica) tanto el gramscianismo, como el guevarismo y el maoísmo parecen indicar un movimiento, ideológicamente, ascendente des de las bases hasta la cúspide de la organización política (a diferencia del leninismo ortodoxo de, por ejemplo, el PCA), si bien, des de posiciones anarquistas, estas tendencias políticas puedan haber sido acusadas de reformistas, militaristas y totalitarias. Así, entonces, el revolucionario y teórico anarquista Mikhail Bakunin decía ya en “Estatismo y anarquía” (1873) respecto a los doctrinarios marxistas:

“Por nuestra polémica contra ellos les hemos hecho confesar que la libertad o la anarquía, es decir, la organización libre de las masas laboriosas de abajo a arriba, es el objetivo final del desenvolvimiento social y que todo Estado, sin exceptuar su Estado popular, es un yugo (…)”.

En relación a esta cita, en consecuencia, los correligionarios de Bakunin podremos argumentar su carácter profético, frente a las experiencias dictatoriales del “socialismo real” del siglo XX, mientras que los marxistas-leninistas podrán contraargumentar que las efímeras experiencias libertarias (revoluciones española, ucraniana, coreana…) no permiten augurar las características de su desarrollo político posterior y nosotros podremos responder que si fueron efímeras fue debido a su labor de zapa contrarrevolucionaria etc. etc. Pero a mí, personalmente, me parece que la cuestión más importante, para leer críticamente des del marxismo y el anarquismo hoy en día, la teoría leninista del “Poder Dual” no está en esta eterna discusión: sino en si estas corrientes heterodoxas del marxismo pueden leerse en clave libertaria y, por lo tanto, producir cierta hibridación con el anarquismo: bajo la idea que el desarrollo de la teoría revolucionaria (que permitiría la superación de la fase de “Poder Dual” y llegar a un Poder Revolucionario) puede partir de la misma cosmovisión de las masas obreras y populares en lugar de ser algo importado.

Claro que, para que se de esta situación y más en el escenario intercultural actual, hay que sacudirse muchos prejuicios y llevar adelante una labor organizada de estudio a fondo. Tanto Antonio Gramsci como José Carlos Mariátegui no partían, estrictamente, de un leninismo ortodoxo y daban mucha importancia a las cuestiones superestructurales (cultura, literatura, cosmovisión) presentes en la sociedad italiana y peruana, respectivamente. Y tampoco anarquistas, como Bakunin, fueron nunca materialistas estrictos (pues el revolucionario y teórico ruso se dedicó, también, a la crítica teológica en su celebre obra “Dios y el Estado”). En resumen, si bien me parece cierto que la “dualidad de poderes”, de la que nos habla V.I. Lenin, es producto del “insuficiente grado de conciencia” (sea esa insuficiencia, más o menos, deseada) de los mismos protagonistas de las luchas, pienso que su futuro desarrollo puede provenir de su misma forma de pensar, lo que requiere de un importante ejercicio de empatía.

2) El “Poder Dual” en acción: la Asamblea Popular de Concepción en Chile (1972)

En mayo de 1972, durante el gobierno de la “Unidad Popular” de Salvador Allende en Chile, en la ciudad de Concepción y a raíz de una manifestación derechista y otra contramanifestación izquierdista, se produce un diálogo entre la sección provincial de la “Unidad Popular” y el “Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)”, que la apoyaba desde fuera, que culminará con la convocatoria de una Asamblea Popular, el 26 de julio del mismo año. Esta contó con la presencia de más de un centenar de organizaciones sociales y cinco organizaciones políticas. Frente a esta convocatoria, fuera de los canales políticos ordinarios, el mismo presidente Salvador Allende procedió a su desautorización, acusándola de generar divisiones en el movimiento de masas, el Partido Comunista fue más allá definiéndola como iniciativa “delirante y calenturienta”, promovida por la reacción y el imperialismo, con el concurso de la ultraizquierda. El MIR, por el contrario, la define como expresión del “Poder Popular” que es visto como un poder de los mismos trabajadores y el pueblo pobre.

Veamos la lectura que hacía, de esta experiencia, la “Corriente Revolución Anarquista” (organización libertaria específica chilena) en un documento de 2003:

“Una asamblea que reunió a 139 organizaciones de masas de la zona de Concepción y a 5 organizaciones políticas, que se sitúo fuera de la legalidad institucional y criticando duramente las políticas de la dirección de la Unidad Popular, buscaba desarrollar ‘en la base’ la organización y activación del movimiento obrero y popular. La respuesta de Salvador Allende fue una dura condena de esta iniciativa”.

En relación a la crítica que hemos venido haciendo, a la teoría leninista del “Poder Dual”, el poder de los trabajadores y el pueblo que soñaba el MIR estaba, solo, en un estado embrionario, pues, varias organizaciones sociales y políticas presentes, mostraban vacilaciones y dudas respecto a su papel en relación a la “Unidad Popular”. Hay que recordar, también, que el MIR (a partir de un documento titulado “Sin lastres, avanzamos rápido”) había expulsado a trotskistas y anarquistas de la organización (estos segundos estuvieron presentes, en la fundación del MIR, a través del llamado Movimiento de Fuerzas Revolucionarias – MFR) y llevaba cada vez más una línea de leninismo ortodoxo (criticada, incluso, por militantes filo-luxemburguistas como Luciano Cruz Aguayo de su frente de pobladores). Esto, podría explicar su escasa implantación entre los trabajadores industriales: más bien tenía fuerza entre los estudiantes y los pobres urbanos.

3) La Plataforma Anarquista Liza de Madrid y el análisis macro de los procesos revolucionarios

Entre el 2023 y el 2024, esta organización libertaria específica madrileña, publicó su “Programa estratégico”. En él tiene un interesante apartado donde expone una posible evolución, de una situación de “Paz social” al “Socialismo” (la verdad, es que lo he leído y releído varias veces). Caracteriza, el paso siguiente a la “Paz social”, como “Conflictividad social”, definida por una situación donde hay manifestaciones de descontento, pero no generalizadas, y donde las propuestas políticas alternativas son vehiculadas, mayoritariamente, dentro del sistema. El siguiente paso, es la situación de “Revuelta” donde hay una gran conflictividad social, ubicada en ciertas temáticas y estratos sociales determinados y donde el conflicto ha desbordado los cauces establecidos por el sistema para su gestión.

Para Liza, para que esta fase de paso a un “Proceso prerrevolucionario”, la revuelta debe ampliarse a más sectores y a más demandas de las iniciales, así como que empiecen a despuntar propuestas y prácticas políticas que cuestionen al propio sistema. Es evidente que estas categorías solo son “tipos ideales” (conceptos abstractos que no se dan de forma pura, en la realidad social, pero que sirven para pensarla, como dijo el sociólogo alemán Max Weber) pero es interesante señalar que, al menos de lo que se puede deducir del enfoque del documento, cuando las propuestas políticas ya no son vehiculadas, dentro del sistema, estaríamos pasando a una situación de “Revuelta” pero que, para pasar a una situación prerrevolucionaria, las protestas deben desbordar a unos estratos sociales determinados para hacerse generales. Recomiendo, encarecidamente, su lectura para pensar donde se sitúa cada coyuntura política y social.

4) Concluyendo…

El estudio de la teoría del “Poder Dual” leninista es interesante des del punto de vista de entender lo que es la fase previa a una revolución. De todas maneras, no debe estar exenta de crítica en cuanto a la noción de la teoría revolucionaria como “teoría separada”. La forma de combatir esta concepción, que al menos en el plano teórico no es algo exclusivo de los anarquistas, debe consistir en fomentar la propia producción teórica (a través de escritos coyunturales o análisis más generales) de la misma militancia libertaria: en este sentido, también hay un artículo interesante en el portal libertario “Regeneración Libertaria” sobre la necesidad de que los compañeros, que participan en las luchas, se animen a escribir (“La voz y el cuerpo. Algunas reflexiones sobre quién pone voz al movimiento libertario” el cual, recomiendo, también, su lectura si bien yo no comparta, en líneas generales, la tendencia política de este medio).

 

Retornarán los libros, las canciones…

                                                                                                                                                

                                                                                                                                              Alma apátrida

  

Bibliografía:

LENIN, V.I. La dualidad de poderes en Obras Completas, 5a ed. en ruso, t. 31, págs. 145-148. Pravda, núm. 28, 9 de abril de 1917. https://elsudamericano.wordpress.com/

DEL BARCO, OSCAR Esbozo de una crítica a la teoría y práctica leninistas Tercero Incluido, 2024. Páginas 65 y 66.

BURGOS, RAÚL Los gramscianos argentinos: Cultura y política en la experiencia de Pasado y Presente Siglo Veintiuno de Argentina Editores – Siglo Veintiuno de España Editores – Política, noviembre de 2004. Página 82 y 127.

BAKUNIN Estatismo y anarquía Ediciones Orbis S.A., 1985. Página 200.

NEGHME, FAHRA y LEIVA, SEBASTIAN La política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) durante la Unidad Popular y su influencia sobre los obreros y pobladores de Santiago Universidad de Santiago de Chile – Facultad de Humanidades – Departamento de Historia. Santiago, diciembre 2000. Páginas 93 a 97.

CORRIENTE REVOLUCIÓN ANARQUISTA Una pequeña revisión a la Unidad Popular: lecciones de nuestra historia CRA – Documentos de discusión, septiembre de 2003. Página 5.

DEL SOLAR, FELIPE y PEREZ, ANDRÉS El anarquismo en los orígenes del MIR y las Brigadas del Pueblo CEDEMA – Centro de Documentación de los Movimientos Armados, 26/12/2011 http://cedema.org

LIZA – PLATAFORMA ANARQUISTA DE MADRID Programa estratégico 23/24. Páginas 7 a 9.

VV.AA. La voz y el cuerpo. Algunas reflexiones sobre quién pone voz al movimiento libertario Regeneración Libertaria 24 de abril de 2024.

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