Entrevista a Jamal, militante de la
organización marxista marroquí Via
Democrática, y algunos comentarios críticos al respecto
¿Dónde
está la burguesía patriótica en este contexto? ¿Quizás en sectores de la
llamada “burguesía verde”[5]
favorecida por los procesos de privatización de empresas estatales? Jamal
parece indicar, respecto a la última apreciación hecha por mí, que podría haber
sectores de la pequeña burguesía progresistas en estas organizaciones de
izquierda no directamente marxistas con las que hay que unirse según la Vía Democrática. Pero aquí cabe analizar
si el crecimiento económico ha llevado realmente a consolidar una clase media
urbana, como dicen los voceros entusiastas del neoliberalismo, o ha hecho
crecer las inequidades sociales producto de la acumulación capitalista.
Desarrollo económico y desigualdad entre clases acostumbran a ir de la mano por
mucho que se reduzca la pobreza en términos absolutos.
A partir de entonces se convierte en un movimiento político-religioso y Mahoma en Jefe de una Comuna-Estado. Esta herencia, con altibajos, llega hasta la actualidad y hace cuanto menos difícil plantear un laicismo de corte occidental en el mundo árabe islámico. Por otra parte, me queda una última reflexión respecto al etapismo que defiende la Vía Democrática, sin conocer a fondo la sociedad marroquí considero que también se relaciona con el carácter político de la organización y la importancia que parece dar a las alianzas políticas. Es decir, me da la sensación que puede tender a priorizar alianzas con organizaciones partidarias que, a nivel social, no deben ser tan relevantes. Esto puede tener la consecuencia de enajenarles apoyos por abajo ante alianzas que se fraguan por arriba.
A fin de
conocer en profundidad las posiciones políticas de uno de los principales
grupos de lo que Laura Feliu, en su libro El
Jardin Secreto: Los Defensores de los Derechos Humanos en Marruecos, llama
el “Frente de Rechazo” (conglomerado de pequeñas organizaciones políticas y
asociaciones vinculadas a la extrema-izquierda no cooptadas por el Régimen
alauí) realicé esta entrevista el día 26 de mayo de 2019 a las 19:00 horas a
uno de sus miembros, residente en Catalunya, en la localidad de Martorell
(Barcelona).
El origen de la Vía Democrática podemos decir
que es un seguimiento del movimiento marxista-leninista marroquí, de la
organización Ilal Amam, “Endavant”, que
es una organización marxista-leninista que estaba trabajando en clandestino, una
organización revolucionaria marxista-leninista, somos seguimiento de ese valor
de lucha, del sacrificar-se…Pero a partir de la década de los noventa del siglo
pasado hubieron unos cambios a nivel mundial y a nivel local y también
regional.
A nivel mundial hubo la caída del Muro de
Berlín y a nivel local el pueblo marroquí había conseguido algunos derechos y
también el Régimen…tenía que echarse un poco atrás…para dar algunos derechos y
era un agujero en el muro del Régimen político que debíamos aprovechar, había
algo que se llamaba “los vientos democráticos” y había también una presión
sobre el Régimen político marroquí en el tema de los Derechos Humanos…así con
la lucha de la izquierda y de todas las fuerzas democráticas en Marruecos
consiguieron algo y también el Régimen quiso demostrar una imagen democrática,
una imagen para venderla, en este contexto…y también en 1994, si me acuerdo bien,
había una Amnistía Real de los presos políticos, salieron todos de las cárceles
y también volvieron los que estaban fuera y esos militantes de “Endavant”
marroquí…Adelante…más muchos militantes que estaban en las organizaciones de
las masas populares, en los sindicatos, en el movimiento también de los
estudiantes, pues intentaron formar una organización que no es clandestina, así
la primera declaración como organización fue en abril de 1995.
No hemos logrado trabajar como legales hasta
el 2004, era el primer Congreso y la Vía Democrática es un seguimiento de “Endavant”,
bueno, no es un seguimiento sino que es una forma de otras formas de
seguimiento, porque hay otros de Ilal Amam que no están en la Vía Democrática, aún
tienen las mismas ideas de antes, trabajan en clandestino…pero nosotros no
hemos cambiado…pero…¿siempre hay que hacer auto-crítica, no?
Bueno, no digamos que…el boicot a las
elecciones es un principio…no digamos que nunca vamos a participar, nosotros
podemos participar pero a condiciones, porque las instituciones políticas
marroquíes que hay ahora creemos que no van a beneficiar nada y creemos que al
revés si participamos el Régimen…vamos a hacer una decoración del Régimen o un
maquillaje de que es democrático, de que hay elecciones y de que hay…y en el
marco constitucional que hay ahora…porque no hay Democracia y la Constitución
no es democrática y las competencias todas están entre las manos del Rey…
El Gobierno no puede hacer nada, el Gobierno
en Marruecos también es una forma, es algo formal no es…si tienes un programa y
llegas al Gobierno no puedes aplicar tu programa electoral porque hay un
Gobierno que digamos está en la sombra, hay un gobierno, un gobierno formal
para enseñarlo al mundo de que tenemos la Democracia, de que tenemos un
gobierno elegido por el pueblo mediante elecciones pero en el fondo hay estos
consejeros que aconsejan al Rey, que están alrededor del Rey, ese es el
Gobierno que toma las decisiones y creemos también que aún no hay la
independencia de la Justicia, también está en las manos del Régimen, el Consejo
Alto creo que se llama de Justicia, el Presidente es el Rey y la mayoría de
esos miembros están nombrados por el Rey también.
Y también la Institución Legislativa no tiene
tantas competencias pues en esta estructura es difícil para que la Vía
Democrática participe. También podemos añadir a eso que en las elecciones
podemos participar cuando creamos que esta participación puede añadir algo a la
lucha a favor de las clases bajas, las clases pobres. Bueno, en breve, es eso.
3) Teniendo en cuenta el peso de Justicia y Caridad como fuerza islamista
opuesta al sistema ¿Cuál es vuestra relación con ellos?
Bueno, con ellos últimamente aceptamos que habrá
una coordinación en el terreno, en la calle, cuando, por ejemplo, hay alguna
protesta o algún movimiento popular si ellos vienen a la calle, si tienen las
mismas reivindicaciones contra la corrupción, contra la Dictadura y por
derechos sociales, derechos económicos del pueblo, bueno, podemos coordinar
porque ahora concentramos en el enemigo, concentramos luchar en esa época,
porque cada época tiene sus contradicciones en la lucha de clases. Pues ahora
tenemos la mafia del Majzén, ese es el enemigo principal, tenemos que luchar
contra esto y, pues, hay diferencias con esa gente del islamismo, el islam
político se llama, porque ellos aún están contra el laicismo, nosotros queremos
construir un Estado que separa entre Religión y Estado y no sé si van a desarrollar
su idea porqué… En Túnez, por ejemplo, ahora hay ese partido,
no sé cómo lo traduzco al castellano…
Ennahda, si, se llama Ennahda…islamista bueno
está coordinando con otros…pero antes era más fanatismo, más…pero cuando llega
la hora de hacer algo pues tienes que adaptarte a la realidad y, bueno, pues
eso… no hay nada más que una coordinación en la calle, en el terreno pero
alianza política no puedes hacerla, de momento, con ellos pero la hacemos con
fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda.
4) ¿Cómo os definís ideológicamente? ¿Han
cambiado vuestras ideas después del fin de la Guerra Fría y caída del Bloque
Socialista?
Bueno ideológicamente, como he dicho antes,
somos seguimiento…si vamos a leer lo que hay en nuestros documentos de los
Congresos definimos como partido marxista pero es un seguimiento, como he dicho
antes, del movimiento marxista-leninista marroquí y sobretodo “Endavant”, el
Ilal amam, “Adelante” ¿Y después de la caída del Muro? Bueno Ilal Amam siempre
constantemente estaba haciendo crítica, auto-crítica, porque esa autocrítica la
hacen los revolucionarios ¿no? Y bueno, los documentos de Ilal Amam de los años
setenta y los ochenta no son algo santo como Corán o la Biblia (risas) pero después de la Caída del Muro de Berlín
y la Unión Soviética había muchos izquierdistas que han dejado, han abandonado
el marxismo y se convirtieron en socialdemócratas o liberales en el contexto de
ese libro de Fukuyama de…el “fin de la historia” y habían muchos izquierdistas
después de la caída del Muro que estaban engañados de algún margen democrático
que había en Marruecos a partir de los años noventa…
Nosotros seguimos como marxistas, no hemos
abandonado el marxismo y en los años de los noventa cuando el Régimen estaba
volviéndose un poco atrás para dar un poco de margen a la democracia, la Vía
Democrática ha declarado que eso es una táctica del Régimen para ganar
tiempo…porque era una crisis muy grave en Marruecos a todos los niveles:
político, económico, social…pues el Régimen intentaba atraer a los socialdemócratas
para que participarán en el Gobierno y luego los ha echado a ellos, los ha
dividido también, están divididos y ahora el Régimen se ha vuelto a hacer
fuerte y a atacar otra vez…pues después de la caída del Muro, seguimos como
marxistas quería decir…
5) ¿Cómo veis el encaje del laicismo de
izquierda que pregonáis en una sociedad como la marroquí con un peso importante
de la religión?
Bueno, la Vía Democrática como organización
política, que tiene ambición de construir una organización de la clase obrera y
todos los explotados y los pobres y los marginados creemos que la religión forma
parte de la entidad marroquí, no podemos negarlo porque es lo que hay en la
realidad, pues nosotros creemos a la libertad de creencia pero al mismo tiempo
somos laicistas…la gente que no cree que no crea y el que quiera creer que crea…y
ahora la religión, el Islam en Marruecos podemos decir que hay el Islam del
Estado, porque lo usa también para sus intereses políticos, y nosotros
intentamos luchar contra eso, contra el uso del Régimen en la política…
Y hay también el gobierno actual como se
llama…la Justicia y Desarrollo…también es islamista pero ahora se ha convertido
en un partido islamista del Régimen, está al lado del Régimen, y quedan estos
de Justicia y Caridad que están en la oposición, tampoco participan en las instituciones y el
problema que tenemos, que podemos tener con ellos es la separación entre el
Estado y la Religión pero nosotros no estamos contra la religión porque es…el
Islam es la religión del pueblo pero ¿Qué Islam queremos? Estamos de acuerdo
con algunos, con muchos valores que están en el Islam…por ejemplo, la
justicia…cuando te dice, por ejemplo, el Corán te dice no tienes que robar,
tienes que aplicar la justicia, esos valores son buenos pero usar la religión
en la política estamos contra eso. A ver si me explico…
Bueno, sobre el Sáhara creo que el único
partido político que está legal en Marruecos que adopta esta postura de
autodeterminación del pueblo saharaui es la Vía Democrática…en el Rif antes el
Ilal Amam tenía una propuesta y aún seguimos con la misma, más o menos, el
federalismo, por ejemplo, o las regiones, las regiones tienen que tener la máxima
posibilidad de competencia para poder llegar hasta la autonomía ¿Por qué no?
Esa es nuestra postura y en el tema del Sáhara la Vía Democrática para evitar
la guerra, porque la guerra no va a beneficiar nada, está en contra de los
pueblos, puede darse una solución que sea el resultado de negociación entre los
saharauis y Marruecos.
Bueno, la Vía Democrática en su programa, en
sus debates hablamos de la lucha a nivel internacional y también la
coordinación entre las fuerzas de la izquierda, todas las fuerzas que están
contra el capitalismo, hay que hacer eso, y tenemos relaciones con varias
organizaciones de izquierda en América Latina aquí en Europa, en Túnez, también
la Vía Democrática, de vez en cuando, organiza unas conferencias de partidos de
izquierda marxista y de izquierda también para reflexionar sobre la lucha a
nivel internacional y también la Vía Democrática ha sido invitada varias veces
y otros partidos políticos a nivel internacional. De momento vemos que a nivel
internacional los luchadores contra el capitalismo están aún…no están
organizados, no coordinan bien y falta mucho trabajo para construir una
organización internacionalista a nivel mundial.
Bueno, lo que puedo añadir es que la Vía
Democrática aún que está legalizada, trabaja a nivel legal, últimamente el
Régimen político marroquí intenta impedir el trabajo de la Vía Democrática. El
mejor ejemplo en el marzo, en el marzo pasado, la juventud de la Vía
Democrática organizaron el Quinto Congreso y no pudieron hacerlo en una plaza
pública del Ayuntamiento tuvieron que hacerlo en una sede como este…una sede de
la Vía Democrática y también hay muchas secciones, ramas locales, a nivel local
en las ciudades que cuando renuevan la sección, como se llama…la Junta…cuando
la renuevan tienen que hacer cosas legales, tienen que ir a la administración
que tenga competencia para tramitar y luego tienen que coger el recibo de eso.
Pues las autoridades locales, no quieren, a
veces no quieren recibir este trámite y, a veces, no quieren dar el recibo. El
Régimen político intenta impedir a la Vía Democrática su funcionamiento, igual
que a todos los que luchan por la democracia…y tengo que añadir una cosa, no la
he dicho antes, se trata de la primera pregunta, como nos definimos
ideológicamente…pues la Vía Democrática lucha para una sociedad socialista y
tiene ambición de reunir a la clase obrera y a todos los pobres y a las clases
bajas pero, bueno, diferenciamos entre la lucha de esta época y la lucha de
nivel estratégico. Ahora digamos que estamos en la época de luchar para
conseguir la liberación nacional, porque aún estamos en la fase de la
liberación nacional y la construcción de la democracia.
La liberación nacional…porque aún estamos bajo
mandato de un Régimen político que está mandado por afuera…Francia, Estados
Unidos…el imperialismo y también el Fondo Monetario Internacional…digamos que
trabajamos por la liberación nacional y construir una economía nacional, sin explotación
de afuera, del imperialismo, y la construcción de la democracia y después podremos
pasar al socialismo…
...Te quería hacer una pregunta en relación a
esto…Entonces, como consideráis que la primera etapa es luchar por una
democracia, estáis por la alianza con otras clases sociales como, por ejemplo,
algún tipo de pequeña burguesía o burguesía patriótica para construir una
democracia como paso previo al socialismo?
Sí, hay una izquierda en Marruecos, unas
organizaciones de izquierda que no son marxistas, han renunciado al
marxismo…pero hay cosas comunes en esta época…podemos…hay muchos puntos que
ellos luchan por ellos y nosotros también. Esa es la democracia, pero aún no
hay una alianza, una unidad entre los de izquierda…
1) Como nos indica Jamal, y nos detalla
Laura Feliu en el apartado sobre los “años de plomo” marroquíes del libro
citado, la Via Democrática tiene sus
orígenes en el grupo Ilal Amam (Adelante)
proveniente, a su vez, de una escisión del comunista Partido de la Liberación y
el Socialismo (PLS). Laura Feliu afirma que las divergencias se producen al
defender Ilal Amam una “República de
Consejos Populares” en oposición a la democracia parlamentaria defendida por el
PLS. Aun así la autora no contextualiza este fenómeno dentro de las luchas
ideológicas mantenidas en el interior del movimiento comunista internacional: Ilal Amam adscribe a los planteamientos
maoístas que criticaban el carácter burocrático de la Unión Soviética y sus
partidos satélites a los que acusaban de abandonar la vía revolucionaria.
Esta
crítica resultaba pertinente para el contexto alauí pues el PLS, a fin de poder
actuar legalmente, había aceptado la legitimidad de la Monarquía de Hasan II y
al Islam como religión oficial del Estado. En todo el Tercer Mundo, en un
proceso que venía de los sesenta y que tenía uno de sus principales focos en
Latinoamérica, se estaba fraguando una ruptura entre los planteamientos guevaristas
y maoístas (de corte insurreccional) y la política de los Partidos Comunistas
oficiales (de corte parlamentario y gradualista). Incluso en España tuvimos una
reproducción similar de este fenómeno con el pragmatismo del PCE de Santiago
Carrillo, que aceptó a Juan Carlos I como sucesor de Franco, por un lado, y la
actividad armada de los GRAPO vinculados ideológica y politicamente, y
orgánicamente siempre según las autoridades, a los maoístas del PCE
(reconstituido). Laura Feliu también nos habla, para los setenta, del grupo Servir al Pueblo (Linajdum ach-Chaab) que defendía la vía armada para conseguir la
revolución proletaria.[1]
De todas
maneras, esta lucha de líneas en el campo marxista-leninista internacional empieza
a perder fuelle, y parte de su sentido original, con las reformas de Den
Xiaoping a partir de 1978, la caída del Muro de Berlín en 1989 y de la Unión
Soviética dos años después. Jamal hace referencia a la expresión “los vientos
democráticos” para describir la sensación, si era real o solo un espejismo es
otro tema, que se vivía por aquel entonces en Marruecos. Este concepto recuerda
a la “teoría de las olas de democratización” del politólogo estadounidense
Samuel Huntington: concretamente se situaría en la tercera, que empezaría con
la portuguesa “Revolución de los Claveles” de 1974, pasando por el
Mediterráneo, América Latina y Asia Oriental, para llegar a Europa del Este a
finales de los ochenta y principios de los noventa.
Por aquel
entonces en Marruecos, Hassan II estaba preocupado porque su participación en
la Guerra del Golfo (básicamente con 1.200 soldados cuya principal misión era
proteger Arabia Saudí) había hecho crecer la impopularidad de un Régimen que
Estados Unidos ya no parecía tan interesado en sustentar en el nuevo contexto
de fin de la Guerra Fría. A esto se añadió la huelga de los sindicatos, en
diciembre de 1990, para exigir aumentos salariales, en las pensiones y mejores
servicios sociales. En las movilizaciones se produjeron disturbios que
escaparon al control de los convocantes. En este contexto, y para preparar su
sucesión en la figura de su hijo Sidi Mohamed, prepara un plan de reformas y
promulga una nueva Constitución en 1992 que daba mayor poder al Parlamento y
empezaba a preocuparse por el tema de los Derechos Humanos.
Jamal nos
indica que esta pequeña grieta, abierta en la llamada “Década Reformista”
(1990-1999) en la que se liberó a varios presos políticos para intentar mostrar al exterior la figura de un Rey magnánimo, fue aprovechada por los antiguos militantes de Ilal Amam para
legalizarse y convertirse en la Via
Democrática. Aun así Jamal es honesto al señalarnos que no todos los
antiguos miembros de la organización estuvieron de acuerdo con el proceso:
algunos siguieron como Ilal Amam con
las mismas prácticas clandestinas y, es de suponer, criticando a sus antiguos
camaradas. Seguramente por eso Jamal señala que “no hemos cambiado”, como
posible respuesta a estas críticas, a lo que añade la necesidad de hacer
autocrítica para adaptar la estrategia política a los diferentes contextos en
Marruecos (aunque no tan diferentes según los que siguen como Ilal Amam).
2) Jamal deja claro que el rechazo a
participar en las elecciones no se inscribe en una postura ideológicamente
anarquista sino que responde a la falta de garantías democráticas reales sumado
al clásico tacticismo leninista (sólo hay que participar si sirve de altavoz de
las luchas populares). Según Abdallah Saaf, profesor de la Facultad de Ciencias
Jurídicas, Económicas y Sociales de la Universidad Mohamed V de Rabat, el
sistema y proceso electoral marroquí se caracteriza por su poca competitividad
(falta de transparencia, fraude, falseamiento y manipulación) añadiendo que
incluso este aspecto tiene más que ver con la actitud de ciertas élites para
intentar seducir al poder estatal, antes que a sus potenciales votantes, y
convencerle de sus aptitudes para servirle.
Jamal nos
indica como las instituciones políticas marroquíes no son más que un decorado
de cartón piedra pues existe una dualidad de poderes en la cual el Rey y sus
consejeros representan el polo de poder efectivo, que actúa tras bambalinas, y
aquellas escogidas en las urnas tienen unas funciones limitadas y supeditadas
al primero. De igual manera, Abdallah Saaf nos explica las amplias
prerrogativas reales, totalmente incoherentes con la imagen democrática que se
quiere dar en el exterior: el Rey puede cesar al Primer Ministro y al resto en
cualquier momento además de presidir su Consejo, puede disolver la Cámara de
Representantes además de poder ejercer, por unos meses, el Poder Legislativo,
tiene asimismo amplias facultades para nombrar cargos civiles y militares etc.
Por otra
parte, la participación en las pasadas elecciones parlamentarias de 2016 fue
solo del 43%, unos dos puntos por debajo de las anteriores, y hay que recordar
que las tesis de V.I. Lenin (de las que bebe la Vía Democrática) señalan que la participación en elecciones debe
darse no por convencimiento ideológico (sus tesis son contrarias al
parlamentarismo burgués) sino tácticamente dentro de un escenario en que la
clase obrera vea necesario su participación y el partido, en consecuencia, la
asuma para no aislarse de las masas. No parece ser el caso de Marruecos pues,
como señala Yolanda Aixelà para las elecciones de 2007 con una participación
del 37%, la pregunta que se formulaba buena parte de la población era ¿Para qué
vamos a ir a votar? que expresa la poca confianza en el poder de su sufragio.
En este
contexto, entonces, las posturas de la Vía
Democrática parecen ser politizar este escepticismo electoral para
convertirlo en una fuerza militante de oposición al sistema ante el
convencimiento de que su participación solo serviría para legitimar unas
instituciones sin ningún poder efectivo.
3) Una de las cuestiones que más me
interesaba plantear es la relación de las organizaciones izquierdistas del
“Frente de rechazo”, o como mínimo de la Vía
Democrática, con el movimiento islamista. Aquí hay que diferenciar, como
hace el politólogo Mohamed Tozy, entre lo que sería el “islamismo del sistema”
del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) y el “islamismo de oposición” de la
organización “Justicia y Caridad”[2] (Al-Adl wa al-Ihsan). El origen de la
primera corriente se encuentra en el grupo Reforma y Renovación (Al-Islah wa-t-Tashdid), fundado en 1982,
con un perfil moderado y con voluntad, desde un inicio, de insertarse en la
política institucional. Si bien esta estrategia no ha sido fácil por provenir
la mayor parte de sus dirigentes del primer grupo islamista marroquí: el
Movimiento de la Juventud Islámica (Al-Shabiba
al-Islamiya) de carácter anticomunista y que fue acusado, en su momento,
del asesinato del dirigente socialista Omar Benyelún.
En cuanto
al origen de la segunda se encuentra vinculada, desde un inicio, a la figura
carismática del jeque Abdessalam Yasin, el cual había escrito una epístola al
Rey, titulada El islam o el diluvio (Al-islam Aw at-tufan), reproducida en
1974 y que tuvo muy buena acogida en varios sectores intelectuales. Era uno de
estos líderes religiosos que desafiaba el poder de los ulemas (clérigos
oficiales) y cuestionaba la figura del Monarca como “Comendador de los
Creyentes”. Su oposición al status quo le llevó a ser detenido y encarcelado,
en 1983, y liberado dos años después. Fundó la revista Al-Yamaa que destacó por su eclecticismo teórico y su voluntad de
polemizar con las corrientes izquierdistas. En 1987, y después de algunos
intentos fallidos de organización, funda la asociación Usra Al-Adl wa-l-Ihsan que es el antecedente más inmediato del
grupo islamista que, hoy en día, tiene más miembros y capacidad de movilización
en Marruecos.
Es
evidente que con quien habla Jamal de coordinar en la calle es con el segundo
grupo. Su postura pragmática me recuerda más a la tendencia a considerar como
“mal menor” a los Hermanos Musulmanes egipcios por parte de los trotskistas
“Socialistas Revolucionarios” que a la definición como “fascistas” de la
formación islamista por parte del oficial Partido Comunista Egipcio y su
contemporización con los militares (al menos al principio). Recordemos que la Vía Democrática proviene de una escisión
maoísta del comunismo oficial marroquí y, por lo tanto, sus posturas están a la
izquierda de este[3].
Este hecho hace que el grupo priorice la lucha contra el Majzén que la crítica a los islamistas.
En esta
pregunta, Jamal nombra por primera vez este término pero ¿A qué se refiere?
Laura Feliu nos explica que es un término árabe que, en su origen, hacía
referencia al cofre en el que los sultanes marroquís guardaban el tesoro que se
usaba para controlar territorio y población. Posteriormente se fue ampliando al
conjunto de empleados reales pagados con él (visires, soldados, funcionarios
etc.). Actualmente tienes tres dimensiones según Feliu: una amplia que
agruparía todos los integrantes del Estado (monarquía, gobierno, ejército y
burocracia administrativa) y que se podría ampliar también a aquella parte de
la “sociedad civil” cooptada por este aparato (ulemas, cofradías y asociaciones
de distinto tipo), una segunda haría referencia a un estilo de gobierno
caracterizado por el autoritarismo y la represión y, finalmente, una tercera
que hace referencia a algo oculto y atávico de características, casi,
sobrenaturales y que trasciende la apariencia formal del poder.
Personalmente
no me convencen las definiciones que sobre el Majzén utiliza Laura Feliu, sobre todo cuando intento relacionarlas
con la idea que sobre él interpreto que hace Jamal, más bien me parece similar
al término “casta política” que fue la principal bandera populista en los
momentos iniciales de Podemos en España. Y, ojo, cuando digo “populista” no me
refiero a la noción comúnmente peyorativa del concepto sino al sentido de
movimiento disruptivo con el statu quo que le daba el filósofo postmarxista
argentino, y simpatizante de la izquierda peronista, Ernesto Laclau. Esta idea,
conceptualizada, quizás paradójicamente, por intelectuales fascistas como
Gaetano Mosca o Wilfredo Pareto, hace referencia a una clase dirigente,
solidaria entre sí y poco numerosa, que monopoliza el poder y disfruta de sus
ventajas.
Se trata
de una idea sencilla el combate contra la cual puede unir a una pluralidad de
actores sociales más allá de los habituales simpatizantes de la izquierda
revolucionaria. La estrategia interclasista, bajo el cuestionamiento de que de
una determinada posición en la estructura social no se deriva necesariamente un
posicionamiento político, forma parte del “momento populista” como dice Laclau.
Así que el uso político del término Majzén
por parte de la Vía Democrática puede
responder a una estrategia por etapas que no busca la construcción del
socialismo inmediatamente (sino manifestarían, creo, un discurso centrado en el
anticapitalismo) y articula un discurso populista también ligado a la
tradicional política comunista de buscar ampliar el “campo de alianzas” de la
clase trabajadora a los sectores medios o incluso a parte de la burguesía.
Finalmente
cabe señalar la mención de Jamal a Ennahda
(el Renacimiento) como ejemplo de lo que podrían hacer sus correligionarios
marroquíes. Efectivamente, los analistas acostumbran a situar esta formación
política tunecina como ejemplo del viraje de posiciones radicales (o fanatismo como nos dice el entrevistado)
a las de “democracia islámica”. Este proceso hay que entenderlo en el marco de,
lo que llama el jurista francés Jean-Philippe Bras, la capacidad histórica del
país para “tunicificar” (es decir, adaptar a la tradición reformista y laica
autóctona) las más variadas influencias ideológicas externas. Jamal espera que
el islamismo marroquí tenga una evolución similar, si bien la historia de ambos
países tiene diferencias importantes, pues mientras en Túnez el movimiento
independentista de Habib Bourguiba derrocó enseguida a la efímera monarquía, en
Marruecos esta acabó cooptando al llamado “Movimiento Nacional” al ser una
institución más poderosa, históricamente arraigada y monopolizadora del hecho
religioso.
4) Aquí hay dos cuestiones a señalar: una
de ellas me sorprendió, y necesité una aclaración posterior, pues si bien en la
información que se puede encontrar en la red el partido sigue apareciendo como
“marxista-leninista” Jamal insiste en la definición de “marxista” a secas y
comenta que a raíz del último Congreso su doctrina se ha ampliado a otros
referentes del marxismo revolucionario no leninistas como Rosa Luxemburgo. El
abandono del “leninismo” no es un tema menor: algunas de las principales tesis
de V.I. Lenin hacen referencia a la irreversibilidad del socialismo y el
carácter coyuntural de la participación en las instituciones de la “democracia
burguesa” o a la necesidad de transformar la “guerra imperialista” entre países
a la “guerra revolucionaria” dentro de estos.
Estas dos
tesis fueron criticadas por Santiago Carrillo en los convulsos tiempos de la
Transición Española en su polémico libro Eurocomunismo
y Estado con los argumentos de que se podían usar los métodos
parlamentarios para llegar a un socialismo que también podía tener momentos de
avance y retroceso o que el desarrollo de los medios de destrucción (la bomba
atómica) hacían inviable la segunda tesis del dirigente de la Revolución Rusa
de 1917. Desconozco si las nuevas orientaciones ideológicas de la Vía Democrática, siempre según Jamal, irían
en esta línea de “desviación derechista” (como dirían los ortodoxos del
marxismo-leninismo aunque no sólo) ya que a su vez, dependiendo de quien haga
el análisis, se considera el pensamiento político de Rosa Luxemburgo a la
derecha del de V.I. Lenin (acusándola de que sus “críticas democráticas”
estarían en realidad a caballo entre el marxismo y la socialdemocracia) o a la
izquierda de este (acentuando que sus posturas espontaneístas estarían cerca
del anarquismo).
La segunda
a señalar, al margen de que ya hemos hablado del efecto matizado de la “Tercera
Ola Democrática” en Marruecos, es la que hace referencia a la división de la
socialdemocracia marroquí. Efectivamente, Laura Feliu nos habla de la escisión
en la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) a raíz de la convocatoria de
elecciones municipales en 1983. En esta cita electoral los miembros de la
llamada Comisión Administrativa Nacional (CAN), ala radical del partido,
deciden que no se dan las condiciones para presentarse debido a la situación
represiva (presos sindicalistas y cierre de órganos de prensa vinculados a la
formación) y la USFP decide reunirse para decidir la participación sin contar
con ellos. Al presentarse estos en la sede son detenidos por la policía y
encarcelados. Este conflicto da lugar al nacimiento de otra formación política
llamada Unión Socialista de Fuerzas Populares-Comisión Administrativa Nacional
(USFP-CAN) que posteriormente adquirirá el nombre del Partido de la Avanguardia
Democrática y Social (PADS) engrosando las filas de oposición al sistema[4].
5) Respecto a esto considero que la
respuesta de Jamal es un laicismo matizado. Hay un reconocimiento expreso y
mención específica del papel social del Islam en Marruecos. Incluso llega a
reivindicar, primero “algunos” para luego inmediatamente decir “muchos”,
valores presentes en esta religión. Hay una tensión clara entre su voluntad de
definirse laico, por una parte, y la necesidad de conectar con las masas
empobrecidas de su país. La secuencia de la frase parece indicar que, en última
instancia, priorizaría lo segundo: aun así Mohamed Tozy también nos habla de
cierto oportunismo de la izquierda respecto al uso del Islam básicamente para
evitar la represión pues la ilegalización de algunas formaciones se justificó,
en su momento, por ser contrarias a él. Como ejemplo de esta suerte de
hibridación ideológica, pero esta vez en el campo de la socialdemocracia,
tenemos la figura de Mohamed al-Jabri de la USFP que opone el racionalismo
islámico de Averroes al sufismo místico de Avicena. Esta oposición le sirve
para construir unas bases sui generis de un socialismo autóctono opuesto
igualmente al islamismo.
6) Efectivamente, Ilal Amam siempre usó como seña de identidad ser el único grupo
que tenía una posición clara de apoyo a la autodeterminación del pueblo
saharaui. En una entrevista de 2009 a Aboubakr Khamlichi, antiguo militante de Ilal Amam y actualmente en la Via Democrática, nos indica que el grupo
viene apoyando esta autodeterminación desde 1972, es decir, antes de la
fundación del Frente Polisario y antes de que el Estado empezara el proceso de
marroquinización del Sáhara. Respecto a lo manifestado por Jamal (en
conversaciones posteriores) y Khamlichi parece ser que actualmente entre la
población marroquí se está perdiendo cada vez más el nacionalismo duro,
respecto a esta cuestión y que fue promovido por la propaganda oficial en los
setenta, y las posturas oscilan desde una mayoritaria indiferencia hasta
algunas personas que están empezando a apoyar la autodeterminación. Respecto al
Rif se defiende el federalismo y hay que señalar también la participación de
sus militantes en las últimas protestas registradas en la zona.
7) No me queda claro, en este punto,
cuáles son sus alianzas internacionales. Tampoco si priorizan la unidad con
fuerzas anticapitalistas o simplemente progresistas. Según algunas webs
pertenecerían a la Conferencia
Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas (Unidad y
Lucha) que reivindica el legado del comunismo albanés de Enver Hoxha.
Estaríamos hablando del marxismo-leninismo más ortodoxo que existe, pues este
dirigente acabo aislándose rompiendo con la Unión Soviética y la China Popular
acusándoles de traicionar el legado de Iósif Stalin, lo que no coincide con la
heterodoxia manifestada por Jamal al reivindicar a figuras como Rosa
Luxemburgo.
8) En este punto queda clara su
concepción gradualista. No consideran que el socialismo sea una apuesta
estratégica en esta fase histórica. Jamal nos habla de “Liberación Nacional”. Hay
que tener en cuenta que esta idea, que les separaría del antinacionalismo y obrerismo estricto
luxemburguista, promueve (en el caso del marxismo-leninismo) un “Frente
Patriótico”, dirigido por los que se consideran “vanguardia de la clase obrera”,
que incluya a la pequeña burguesía progresista e incluso a la “burguesía
nacional o patriótica” (este término hace referencia a aquella cuyas
actividades van orientadas preferentemente a la creación de un mercado interno)
en oposición a la “lumpenburguesía” (aquella ligada a las actividades que
refuerzan la dependencia económica del exterior como la exportadora de materias
primas o la comercial-importadora).
Todo ello
para crear las bases de un “capitalismo nacional” que construya las bases de
una vía marroquí al socialismo. La pregunta es ¿Es esto posible en Marruecos?
El sector más importante de la economía son los servicios, con un poco más del
50%, donde hay un importante peso del turismo, sector enormemente dependiente
del exterior y con alta participación extranjera, después viene la industria
con un 30% aproximadamente, centrada en el proceso de “deslocalización”
(empresas matriz de países desarrollados que producen a bajo coste en la
periferia para que sus productos sean consumidos preferentemente en el lugar de
origen por su mayor capacidad de consumo). Y finalmente la agricultura con un
17% donde hay un peso importante de la producción de hachís pues Marruecos
produce el 70% del que se consume en Europa.
Si es esto
cierto ¿Qué sentido tiene posponer para un futuro impreciso el objetivo del
socialismo para contentar a sectores sociales poco relevantes cuantitativamente
(“burguesía patriótica” y “pequeña burguesía progresista”) respecto a la gran
masa trabajadora y empobrecida? Es esta la principal crítica histórica de los
sectores a la izquierda del marxismo-leninismo (anarquismo, luxemburguismo,
trotskismo) y su política de Frentes Populares o Patrióticos. En países con una
gran concentración de poder económico y político en pocas manos, como es el
caso de Marruecos, esta pregunta se vuelve aún más pertinente ya que la
urgencia de voltear un sistema que muestra aquí la mayor de las crudezas se
vuelve más urgente y necesaria que en los países desarrollados del norte.
Para
finalizar quiero volver sobre dos aspectos: el primero, las contradicciones
entre la ideología izquierdista y la que parece imperiosa necesidad de aceptar
el hecho religioso islámico que, a mi entender, va más allá del laicismo al que
los occidentales europeos estamos acostumbrados (aunque, con matices, ya que la
misma Constitución Española también reconoce a la Iglesia Católica). Gema
Martín Muñoz, socióloga y arabista madrileña, nos explica una diferencia
histórica fundamental entre Occidente y el Islam: el origen del cristianismo se
da en un contexto de pre-existencia de las instituciones políticas del Imperio
Romano, lo que nos ha permitido concebir dos espacios diferenciados, el del
poder terrenal y el del espiritual. En el caso del Islam, es distinto pues es
el movimiento religioso el que se ve forzado a convertirse en político a partir
de la Hégira del 622 E.C. cuando el Profeta Mahoma huye a Yatrib
(posteriormente Medina) expulsado de la Meca por la oligarquía local.
A partir de entonces se convierte en un movimiento político-religioso y Mahoma en Jefe de una Comuna-Estado. Esta herencia, con altibajos, llega hasta la actualidad y hace cuanto menos difícil plantear un laicismo de corte occidental en el mundo árabe islámico. Por otra parte, me queda una última reflexión respecto al etapismo que defiende la Vía Democrática, sin conocer a fondo la sociedad marroquí considero que también se relaciona con el carácter político de la organización y la importancia que parece dar a las alianzas políticas. Es decir, me da la sensación que puede tender a priorizar alianzas con organizaciones partidarias que, a nivel social, no deben ser tan relevantes. Esto puede tener la consecuencia de enajenarles apoyos por abajo ante alianzas que se fraguan por arriba.
Como
señala Jamal el movimiento islamista “Justicia y Caridad” tiene una influencia
muy importante entre las capas empobrecidas de Marruecos. Jamal espera que
tengan una evolución similar a la de los tunecinos de Ennahda. Personalmente considero que es un error: la dicotomía
entre radicales y moderados en el Islam político está viciada y es falsa a mi
modesto entender. No hay ningún problema en ser radical, lo problemático es ser
reaccionario. Si la Vía Democrática prioriza
el trabajo con sus bases podría dar lugar a replanteamientos, desprendimientos
y posteriores confluencias con un tipo de islamismo revolucionario como el
defendido, en su momento, por el sociólogo iraní Ali Shariati o actualmente por
el intelectual egipcio Hasan Hanafi. Pretender esto siempre será más realista
que pedir moderación en abstracto en un contexto social nada proclive a ello.
Alma apátrida
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[1] Aun adscribiendo los dos al
maoísmo (Ilal Amam y Linajdum ach-Chaab) bien podría ser
igualmente que mantuvieran diferencias en cuanto a la oportunidad de seguir
esta vía, de igual manera que las mantuvieron el Partido Comunista del
Perú-Patria Roja y el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso a partir de
los setenta respectivamente.
[3] Recordar también que este
izquierdismo era definido despectivamente como “maofascismo” por parte de los
comunistas oficiales prosoviéticos.
[4] Según Jamal en las últimas
elecciones si se han presentado lo que indicaría, de ser cierto, la capacidad
del Régimen para cooptar incluso a algunas de las organizaciones del “Frente de
Rechazo”.
[5] Este término se utiliza para hacer
referencia a los sectores capitalistas emergentes vinculados a las formaciones
políticas islamistas pues el verde es el color del Islam.
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